El Ministerio de Salud de España anunció este viernes que aplicará la vacuna contra el COVID-19 del laboratorio sueco-británico AstraZeneca sólo a menores de 55 años, sumándose a otros países europeos que ya habían limitado su aplicación.
“La Comisión de Salud Pública, reunida en pleno este viernes y siguiendo la evidencia científica, ha aprobado fijar en los 55 años la edad máxima de las personas que recibirán las dosis de la vacuna contra la covid-19 de AstraZeneca y la Universidad de Oxford en España”, señaló el comunicado del Ministerio de Sanidad citado por la agencia AFP.
Según reportó el periódico El País, esta misma Comisión había estado debatiendo si limitaba el uso de la vacuna, desarrollada junto a la universidad de Oxford, a menores de 65 o 55, y decidió finalmente optar por la opción más restrictiva.
A pesar de que la Agencia Europea de Medicamentos aprobó el uso libre del inoculante a partir de los 18 años, al menos nueve países europeos (Alemania, Austria, Bélgica, Francia, Polonia, Suecia, Italia, Países Bajos y ahora también España) han establecido límites de edad debido a la falta de información precisa sobre su efectividad en este grupo etareo, y a la espera de la publicación de de nuevos estudios.
El Reino Unido, en cambio, es uno de los pocos países que aplica el inoculante a todas las personas adultas.
En todos los países que han establecido restricciones se ha resaltado que la decisión es temporal y reversible, a la espera de más datos sobre la eficacia de la vacuna de AstraZeneca/Oxford en mayores de 55 y 65 años.
Esto se debe a que la mayoría de los 24.000 participantes de las pruebas que AstraZeneca realizó en Reino Unido, Sudáfrica y Brasil tenían entre 18 y 55 años, por lo que no hay al momento abundante evidencia científica sobre su desempeño en mayores de 55 años, según explicó el periódico La Vanguardia.
La autoridad alemana de vacunas fue la primera, la semana pasada, en recomendar que no se administre la vacuna de AstraZeneca a mayores de 65 años. Otros países lo hicieron poco despúes, algunos marcando la edad de corte en 60 años, y pidieron “datos adicionales” antes de dar luz verde a su uso. España se sumó así a esta lista y fue incluso más prudente que sus vecinos.
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