Para Brigitte Fourgeaud es imposible borrar ese recuerdo que la acecha en los momentos menos pensados sobre aquella noche en Tanzania cuando el olfateó de un león en la espalda la despertó. El enorme felino macho había ingresado a la carpa donde ella y su esposo Patrick, 64 años, dormían.
Tal vez por un instante pensó que era una pesadilla, pero no: el león se abalanzó sobre su marido, le mordió el brazo y le arrancó un enorme pedazo de carne. La pareja luchó contra el animal, o al menos lo intentaron, con algo de fortuna, porque pudieron sobrevivir para contar la historia.
Por lo ocurrido, la pareja de franceses denunció a una compañía británica de viajes que organizó el safari en el Parque Nacional Ruaha.
“Nunca olvidaré el momento en que me desperté y vi al león allí”, dijo Brigitte, de 63 años. “Pensé que ambos íbamos a morir. Ese ataque permanecerá conmigo por el resto de mi vida”.
“Nada cambiará lo que hemos pasado, pero ambos creemos que se podría haber hecho más para prevenir lo que sucedió. Ambos queremos asegurarnos de que esto no les vuelva a pasar a otros turistas“, añadió la mujer.
Patrick, que reside en el sur de Francia, ha recibido quince cirugías en el brazo, y sin embargo no ha podido recuperar el movimiento. Por esta razón llevó su caso hasta una corte en el Reino Unido. La empresa que contrató, alega, tiene que hacerse responsable, informó el diario británico The Times.
El francés quiere que las compañías de turismo que ofrecen safaris brinden todas las medidas de protección necesarias y que a otras personas no les ocurra lo mismo que a ellos. “No queremos que esto le pase a nadie”, dijo.
El hecho ocurrió en 2015, pero apenas este año el caso avanzó en una corte británica, y tanto la prensa de ese país como la de Francia revivió la historia de la pareja. Ahora, la empresa de turismo y las víctimas llegaron recientemente a un acuerdo.
“Dormíamos en la carpa durante un safari fotográfico”, contó Patrick. “Una noche un león rompió la carpa y entró. Jugó con mi esposa como hacen los grandes felinos, la empujó con el hocico. Luego hizo como hacen los gatos, (balanceándose) de una pata a la otra, de una a la otra”, agregó.
Patrick no se movió e intentó mantener la calma. El león se acercó a él y lo tocó con su melena. Luego se levantó y se encontró frente a la enorme boca del felino.
“Quería sacar mi cara, y en ese momento grité como una bestia, un grito bastante horrible, al parecer. El león se movió un poco hacia atrás, luego se abalanzó, y me mordió el brazo mientras me jalaba hacia él. También me mordió la cara“, dijo el francés.
El león le había arrancado el brazo “desde el hombro hasta el antebrazo. Solo quedaba el hueso“.
La pareja asegura que el ataque ocurrió porque no había nadie afuera custodiando la carpa.
“El guía, que tenía un gran conocimiento de fauna animal, era muy joven. Pensamos que había vigilancia, pero no, no había nadie. El guía era la única persona con un arma, y se había quedado dormido en su tienda”, dijo el francés.
Tras una serie de operaciones, los cirujanos trataron de reconstruir el brazo usando piel, grasa, músculos y vasos sanguíneos de la parte superior de la espalda de Patrick. Sin embargo, por su edad, esa carne y esos tejidos no están funcionando como deberían. “Es inútil”, dijo.
“Nos despertamos una mañana y nos dijimos que no era posible. No podíamos quedarnos así. Nunca podrán repararme y permitirme vivir con normalidad, así que me dije que teníamos que encontrar una solución para que esto no volviera a suceder“, contó el francés sobre el momento en que se decidió emprender acciones legales contra la compañía de turismo.
No obstante, la empresa negó su responsabilidad en los hechos ocurridos en agosto de 2015, pero aceptó pagar por los daños ocasionados, y así poder poner fin al conflicto en enero de 2021. La pareja pidió casi 300.000 dólares por gastos hospitalarios y más de 400.000 por gastos legales.
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