Francia se cerrará a partir de este domingo de forma casi hermética a los países externos a la Unión Europea (UE) con el objetivo de evitar un tercer confinamiento por la pandemia de coronavirus o al menos retrasarlo.
Además del cierre de las fronteras, el Gobierno preparaba este sábado algunas modificaciones a las restricciones vigentes para disminuir los contactos sociales, con la clausura también desde el domingo de las galerías de comercios no alimentarios con más de 20.000 metros cuadrados.
El ministro de Economía, Bruno Le Maire, organizó una reunión telefónica con casi una veintena de representantes patronales del sector para explicarles la medida y la reducción desde el lunes de la capacidad de los otros centros comerciales que podrán seguir prestando servicio y, previsiblemente, habilitar ayudas compensatorias.
De acuerdo con las informaciones de ese Ministerio, son 396 las galerías comerciales que deberán bajar la persiana por la limitación de concentraciones de personas, y en total unas 25.000 tiendas tendrán derecho a acogerse a los dispositivos de subvenciones.
Por ahora otro confinamiento no
El primer ministro, Jean Castex, fue el encargado el viernes por la noche de anunciar que -en contra de lo que habían dado a entender otros miembros de su Gobierno durante la semana- no habrá un nuevo confinamiento, o al menos no de forma inmediata.
Al término de un consejo de defensa sanitaria presidido por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, Castex lo justificó porque, teniendo en cuenta las cifras de los casos positivos de coronavirus de los últimos días, creen que todavía pueden evitar una nueva cuarentena.
Por otro lado, fueron prohibidos todos los viajes con países externos a la Unión Europea en uno u otro sentido, salvo que se pueda justificar un “motivo imperioso”. Además, como ya ocurría hasta ahora, para entrar a Francia habrá que presentar un test PCR negativo y guardar aislamiento durante siete días antes de someterse a un segundo test.
PCR también para entrar por carretera o por tren
En cuanto a los desplazamientos desde otros países del Espacio Schengen (UE, Andorra, Islandia, Liechtenstein, Mónaco, Noruega, San Marino, el Vaticano y Suiza), no estarán condicionados a un “motivo imperioso” pero sí se requiere una prueba PCR.
Desde el 24 de enero ya era necesaria cuando se llegaba en avión o en barco. A partir de este domingo, lo será igualmente al entrar por vía terrestre (por tren o por carretera).
No hay obligación de cumplir un confinamiento, pero “está fuertemente recomendado aislarse durante siete días”, según explica el Ministerio de Exteriores en su página de consejos a los viajeros.
De todos esos requisitos, para salvaguardar sin grandes perturbaciones el funcionamiento del Mercado Único, quedarán exentos los camioneros y los trabajadores transfronterizos que deben cruzar todos los días de un país a otro (hay 350.000 en Francia).
La líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, consideró el cierre de las fronteras como un triunfo ya que ella lo había solicitado a finales de febrero del pasado año, cuando apenas empezaba la crisis del coronavirus, y que entonces le valió las críticas de Macron.
“Cuánto tiempo perdido para decidirse finalmente, con el agua al cuello, a controles reforzados en las fronteras. Desde el comienzo decimos, sin que se nos escuche, que es uno de los medios más eficaces para ralentizar la epidemia”, expresó Le Pen en su cuenta de Twitter.
Otro de los anuncios de Castex fue el endurecimiento de la acción policial para hacer respetar todas las medidas de restricción porque “las derivas de unos pocos no pueden arruinar los esfuerzos de todos”.
Desde que terminó el segundo confinamiento el 15 de diciembre hasta el último viernes, las fuerzas del orden realizaron 1.678.233 controles por el respeto del toque de queda nocturno (entre las 6 de la tarde y las 6 de la mañana desde el 16 de enero) y eso ha dado lugar a 145.465 multas.
Por ejemplo, en la noche del viernes al sábado cerca de un centenar de personas fueron multadas por participar en una fiesta clandestina en la localidad de Collégien, en el departamento de Seine et Marne, y tres fueron arrestadas para tratar de identificar a los organizadores.
Las sanciones para los infractores son de 135 euros (163 dólares), que en caso de reincidir tres o más veces en un mes pasan a 3.750 euros (4.550 dólares).
Para reducir los desplazamientos cotidianos, el Gobierno quiere que las empresas recurran más masivamente al teletrabajo y, para ello, el próximo lunes comenzará una concertación con los interlocutores sociales.
(Con información de EFE)
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