La popularidad de Vladimir Putin ha caído al nivel más bajo desde principios de 2020 con la detención y el arresto del líder opositor Alexei Navalny y las multitudinarias protestas para exigir su liberación. Según informó la compañía demoscópica Opinión Pública, vinculada al Kremlin, la confianza de los rusos en el jefe de Estado descendió esta semana al 53%, su punto más bajo en 12 meses.
Un 35% de los encuestados respondió que no confía en el presidente y un 12% declinó contestar en un sondeo realizado entre el 22 y 24 de enero, coincidiendo con la jornada de protestas del sábado en todo el país, que se saldó con miles de detenidos. La confianza en Putin no ha dejado de bajar desde la publicación en diciembre de los videos en los que el medio digital Bellingcat y Navalny acusaban al Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) de estar detrás del envenenamiento del opositor con el agente químico Novichok.
A esto hay que sumar el video sobre el conocido ya como “Palacio de Putin”, una mansión construida por empresarios amigos en el mar Negro, que ha sido visto ya por más de 100 millones de personas. El segundo punto más bajo de Putin en 2020 —55%— coincidió con el envenenamiento de Navalny el 20 de agosto pasado, tras lo que fue trasladado a Alemania, de donde regresó el 17 de enero.
Putin acusó a Navalny de trabajar para los servicios secretos estadounidenses y negó que haya motivos para iniciar un caso penal por el envenenamiento de su mayor enemigo. Pese a que la Justicia rechazó esta semana el recurso al arresto de Navalny y sus principales aliados han sido detenidos en los últimos días, la oposición ha convocado una nueva jornada de protestas el domingo en 53 ciudades rusas.
“Salgan y no tengan miedo”, escribió Navalny en un mensaje publicado en la página web de su equipo. “Nadie quiere vivir en un país donde gobiernan la arbitrariedad y la corrupción”, afirmó. “Tenemos la mayoría de nuestro lado”.
Navalny fue detenido el 18 de enero a su llegada al aeropuerto de Moscú tras pasar meses en Alemania recuperándose del envenenamiento. La justicia rusa decidió mantenerlo detenido, por lo que el dirigente denunció un acto “arbitrario” que busca “intimidar a todo el mundo”, tres días antes de nuevas manifestaciones en Rusia. Esta decisión llega horas después de la detención de varios de sus allegados y un día después de una serie de registros contra apartamentos de personas cercanas a él y locales de su Fondo de Lucha contra la Corrupción.
La Fiscalía rusa advirtió hoy de que, en caso de que se produzcan “provocaciones o intentos de acciones violentas”, los infractores pueden ser acusados de disturbios masivos, cargo que puede acarrear varios años de cárcel. Las autoridades rusas ha abierto en los últimos años casos penales por disturbios cuando la oposición a Putin ha encadenado varias multitudinarias protestas.
El pasado fin de semana, manifestaciones a nivel nacional pidieron la liberación de Navalny. Según las estimaciones del organismo pro Derechos Humanos, unas 3.700 personas fueron detenidas el sábado en distintos puntos de Rusia, entre ellas más de 1.400 en Moscú y más de 550 en San Petersburgo. Más de 40 personas resultaron heridas en estas protestas, que carecían de permiso oficial, según fuentes policiales citadas por la agencia de noticias TASS.
(Con información de EFE)
MÁS SOBRE ESTOS TEMAS: