El gobierno británico se dispone a anunciar este miércoles, según la prensa local, un endurecimiento de las medidas para evitar la importación de casos de coronavirus, imponiendo cuarentenas en hoteles a los británicos o residentes que lleguen de zonas consideradas de riesgo como Sudamérica.
Tras el descubrimiento de una nueva cepa originada en la Amazonía brasileña, el gobierno de Boris Johnson prohibió hace dos semanas las llegadas desde todos los países de América del Sur, más Panamá y Portugal.
Esta medida ya se había aplicado previamente a Sudáfrica, donde también se halló una mutación del virus que causaba preocupación. Sin embargo, la prohibición no se aplica a los ciudadanos británicos ni a los residentes en el país, que pueden regresar a sus hogares previa presentación de un test negativo de covid-19 y con el compromiso de aislarse durante 10 días tras su llegada.
No obstante, en el país más castigado de Europa por la pandemia, que el martes superó 100.000 muertes confirmadas por covid-19, y sumido a una ola imparable de contagios atribuida a su propia variante del coronavirus, más contagiosa y posiblemente más letal, el ejecutivo no quiere correr ningún riesgo y eleva los controles.
Así, la ministra del Interior, Priti Patel, que se dirigirá al Parlamento por la tarde del miércoles, planea presentar más medidas para garantizar que haya “menos flujo” de viajeros, afirmó el ministro de Comunidades Locales, Robert Jenrick, al canal Sky News.
Según la BBC, Patel anunciará que los británicos y residentes en el Reino Unido que lleguen procedentes de países fuertemente afectados (unos 30 países que serán detallados en la presentación) tendrán que cumplir la cuarentena en hoteles especialmente vigilados, una estancia que deberán pagar de su bolsillo.
Esta cuarentena costará a los británicos que regresen 1.500 libras (2.060 dólares, 1.697 euros), con comidas servidas en la puerta de la habitación. Aplica para Inglaterra, ya que las autoridades autonómicas -Escocia, Gales e Irlanda del Norte- deciden sus propias medidas para contener la epidemia.
A principios de este mes, el gobierno suprimió sus “corredores de viaje” desde los países con menor número de casos, y ahora pide a todos los que llegan que muestren un resultado negativo en las pruebas de Covid-19 y que se autoaíslen. Desde entonces, los ministros han estado estudiando la posibilidad de exigir a todos los viajeros que lleguen que se aíslen en los hoteles, emulando las medidas adoptadas en el pasado por países como Australia y Nueva Zelanda, que han logrado reducir drásticamente el número de muertes.
Patel habría abogado por un cierre total de fronteras y una cuarentena hotelera para todas las llegadas, pero la propuesta fue rechazada por Johnson, según el diario The Times.
Pese a que el país se encuentra desde hace semanas en su tercer confinamiento, el profesor Calum Semple, miembro del grupo científico que asesora al ejecutivo, dijo a la BBC que podría haber unos 50.000 fallecimientos más.
En Reino Unido tiene ahora puestas todas sus esperanzas en una campaña masiva de vacunación: el martes se había administrado una primera dosis a a 6,8 millones de personas y la segunda a casi 500.000.
(Con información de AFP y EFE)
MÁS SOBRE ESTE TEMA: