Con motivo del Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, que desde 2005 se celebra todos los años en conmemoración de la liberación del campo de concentración y exterminio nazi Auschwitz-Birkenau, se realizó un acto virtual en homenaje a todos los fallecidos durante el genocidio, que contó con la presencia de sobrevivientes, el presidente de Polonia, Andrzej Duda, y diplomáticos israelíes y rusos.
El Museo y Memorial de Auschwitz-Birkenau conserva el campo de exterminio de Auschwitz establecido en suelo polaco por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Más de 1,1 millones de personas, la mayoría de ellos judíos, murieron en cámaras de gas en el campo o por hambre, frío y enfermedades.
La temática principal del 76° aniversario de la liberación fue el destino de los niños en Auschwitz.
“Más de 200.000 niños fueron asesinados en Auschwitz. Completamente inocentes, buenos, curiosos por la vida, que amaban a sus seres más cercanos y confiaban en otros niños. El mundo de los adultos, después de todo, tan a menudo injusto y cruel, nunca ha demostrado tanta maldad y falta de corazón. Esto no puede justificarse por ninguna ideología, ajuste de cuentas o política. Este año queremos dedicar el aniversario de la liberación a las víctimas más jóvenes del campo“, dijo el Dr. Piotr M. A. Cywiński, director del Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau.
Zdzisława Włodarczyk fue una las sobrevivientes que compartió su testimonio y aseguró que en el campo de concentración “las noches eran las más difíciles”. “Los niños lloraban y pedían por sus madres mientras dormían, pero luego se quedaban en silencio porque sabían que nadie vendría a acariciar sus cabezas o a abrazarlos. Morían solos. Hay niños que nacieron en el campo y no les dieron el derecho a vivir ya que fueron asesinados inmediatamente. No tenían nombres y ni siquiera números”, contó en una entrevista difundida en el acto virtual.
Comparó lo acontecido durante el Holocausto con la pandemia de coronavirus, a la que también consideró como una guerra. “Las personas están muy lejos unas de las otras, los chicos no pueden jugar entre ellos, se ponen nerviosos y les van a quedar traumas. Hay mucho sufrimiento y las personas están muriendo solas. El mundo no fue lo suficientemente cuidadoso”, afirmó.
Lasker-Wallfisch, por su parte, se consideró una “sobreviviente de ese infierno en la tierra”. Reveló que arribó a Auschwitz en 1943 con 18 años sabiendo que iba a ser “convertida en humo”. “No tenía ninguna ilusión, se sabía lo que sucedía ahí adentro”, narró.
Detalló que afortunadamente sobrevivió por la llegada de las tropas soviéticas que liberaron el campo en enero de 1945. “Que esté viva es gracias a los giros absurdos que puede tomar la vida. Aunque sea difícil de creer, hay música en este infierno”, expresó, al tiempo que instó a la población a honrar la memoria de las víctimas y a nunca olvidar lo acontecido.
El presidente de Polonia, Andrzej Duda, también participó de la ceremonia y llamó a preservar material y todo tipo de evidencia que demuestren signos de existencia de las víctimas “para asegurarnos de que la humanidad nunca se va a olvidar de ellos”.
“No mas genocidios, no mas odio ni racismo”, manifestó el mandatario.
Mientras que la embajadora de Israel en Polonia, Tal Ben-Ari Yaalon, contó que su abuelo perdió a la mayor parte de su familia en Auschwitz. Además de honrar a todas las víctimas pidió recordar a los Justos entre las Naciones, aquellas personas no judías que arriesgaron sus vidas para ayudar a judíos durante el Holocausto.
Asimismo, señaló que el “odio y el racismo son cuestiones que aún debemos enfrentar” y que es “nuestra responsabilidad aprender la lección del Holocausto”. “Debemos hacer todo lo que a está nuestro alcance para asegurarnos de que esos horrores no vuelvan a suceder, sin importar sexo, religión, raza, color o preferencias sexuales. Depende de nosotros”, indicó.
Se estima que al menos 232.000 niños y jóvenes fueron deportados a Auschwitz, de los cuales 216.000 eran judíos. Unos 23.000 fueron registrados en el campo de concentración y exterminio. Más de 700 fueron liberados por las tropas soviéticas en enero de 1945.
El campo de Auschwitz estuvo cerrado a los visitantes durante 161 días debido a la pandemia de coronavirus. En 2019 fue visitado por alrededor de 2,3 millones de personas, mientras que en 2020 ese número se redujo a alrededor de 502 mil.
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