Cómo Shanghái salvó a miles de judíos del Holocausto

La ciudad china era uno de los escasos destinos para el que no se exigía visado y se convirtió en un santuario para 20 mil personas que pudieron escapar de la “Solución Final” de Adolf Hitler. En la ciudad todavía existe una pequeña comunidad muy activa de unas 2.000 personas

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Esta foto tomada el 8 de diciembre de 2020 muestra a personas que visitan una sala de exposiciones en el Museo de Refugiados Judíos de Shanghái el día en que el museo reabrió al público después de un proyecto de expansión. (STR/AFP)
Esta foto tomada el 8 de diciembre de 2020 muestra a personas que visitan una sala de exposiciones en el Museo de Refugiados Judíos de Shanghái el día en que el museo reabrió al público después de un proyecto de expansión. (STR/AFP)

Cuando era niño, Kurt Wick escapó de una muerte casi segura en un campo de concentración nazi refugiándose en Shanghái, un pequeño santuario en China conocido por miles de judíos que huían del Holocausto.

Con 83 años, ha pasado las últimas dos décadas difundiendo el mensaje de cómo esta ciudad china se convirtió en un paraíso que permitió escapar a miles de judíos de la “Solución Final” de Adolf Hitler.

“Salvaron a 20.000 judíos y si no hubiera sido por ello, no estaría hablando con usted ahora”, dice Wick, que nació en Viena, y que junto a sus padres se subió a un barco en el puerto de Trieste para este gran viaje al este.

“Hubiera sido unas de las cenizas en Auschwitz, como mi otra familia”.

El miércoles es el Día Internacional de Conmemoración en Memoria de las Víctimas del Holocausto, que marca el aniversario de la liberación del campo Auschwitz-Birkenau, el mayor campo de la muerte nazi, en 1945.

Seis millones de judíos perecieron en el peor genocidio de la historia de la humanidad pero Wick y otros seis miembros de su familia pudieron escapar de Europa a Shanghái porque era uno de los escasos destinos para el que no se exigía visado.

“La gente debería saberlo porque era el único lugar en el mundo en 1939 que nos abrió sus puertas”, dice Wick por teléfono desde su casa en Londres.

“Ni siquiera muchos judíos lo saben”.

Esta foto tomada el 8 de diciembre de 2020 muestra a personas visitando el sitio de una antigua sinagoga en el Museo de Refugiados Judíos de Shanghai el día en que el museo volvió a abrir al público después de un proyecto de expansión en Shanghai. (STR / AFP)
Esta foto tomada el 8 de diciembre de 2020 muestra a personas visitando el sitio de una antigua sinagoga en el Museo de Refugiados Judíos de Shanghai el día en que el museo volvió a abrir al público después de un proyecto de expansión en Shanghai. (STR / AFP)

Shanghái era una tierra extraña y lejana para los judíos europeos, y pronto fue totalmente ocupada por el cada vez más agresivo Japón imperial.

La pequeña pero próspera comunidad judía que había vivido en la ciudad china desde el siglo XIX los ayudaron.

Muchos relatos históricos señalan que la atmósfera de lo que es hoy una próspera metrópolis se parecía a la de una pequeña ciudad en Austria o Alemania.

No obstante, la vida fue dura y después del final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, la población judía de Shanghái se redujo drásticamente, cuando los refugiados regresaron a casa o se fueron a vivir a otros países.

“Relación especial”

Las autoridades chinas están felices de que se dé a conocer la historia de Shanghái como un remanso de paz para los judíos.

En 2007 abrió el Museo de los Refugiados Judíos, promovido por el gobierno de la ciudad, en Hongkou, el distrito donde estaba el denominado “Gueto de Shanghái”.

El museo, situado en el lugar de la antigua sinagoga, volvió a abrir sus puertas el mes pasado tras una ampliación que lo ha triplicado.

La pieza central del museo es un muro con los nombres de los miles de judíos que convirtieron temporalmente la ciudad en su casa en la década de 1930 y 1940.

Estatuas de refugiados judíos que buscan los nombres de sus familiares, en una sala de exposiciones en el Museo de Refugiados Judíos de Shanghai (STR / AFP)
Estatuas de refugiados judíos que buscan los nombres de sus familiares, en una sala de exposiciones en el Museo de Refugiados Judíos de Shanghai (STR / AFP)

El museo hace hincapié en cómo los judíos y los chinos, que también sufrieron la crueldad de la guerra, se ayudaron mutuamente durante la ocupación japonesa.

También destaca que los judíos nunca sintieron la discriminación de los chinos, lo que confirma Wick.

Pero también relata que los japoneses, pese a que eran aliados de la Alemania nazi, no eran antisemitas y fueron “principalmente” los que les concedieron el refugio.

Chen Jian, el director del museo, dice que antes de la llegada de refugiados, había una “relación especial” entre Shanghái y los judíos, y continúa en la actualidad.

“Aunque han pasado décadas y este periodo de la historia ocurrió hace mucho tiempo, algunos de los refugiados y sus descendientes han mantenido una profunda amistad con nosotros”, asegura.

La historia que no se contó

El rabino Shalom Greenberg, codirector del Centro Judío de Shanghái, dice que durante décadas, no se habló de la historia de los judíos que buscaron refugio en Shanghái y todavía hoy apenas se menciona.

Ninguno de los refugiados sigue en Shanghái pero todavía existe una pequeña comunidad muy activa de unas 2.000 personas.

Un hombre de pie junto a una estatua de Ho Feng-Shan (también conocido como He Fengshan), un diplomático chino en Viena que salvó a miles de judíos dándoles visas chinas entre 1938 y 1940, (STR / AFP)
Un hombre de pie junto a una estatua de Ho Feng-Shan (también conocido como He Fengshan), un diplomático chino en Viena que salvó a miles de judíos dándoles visas chinas entre 1938 y 1940, (STR / AFP)

No hay ningún tipo de prejuicio con esta comunidad, dice Greenberg, de 49 años, en la centenaria sinagoga sefardí Ohel Rachel.

“Este es uno de los pocos lugares en el mundo donde cuando caminas por la calle y oyes a dos personas detrás de ti decir ‘esta persona es judía’ no tienes miedo”, dice.

“En esta tierra, nunca hubo antisemitismo”, agrega.

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