La Academia Nacional de Medicina francesa recomendó a los usuarios del transporte público que, además de llevar mascarillas, se abstengan de llamar por teléfono o hablar para evitar contagios de coronavirus, y defendió la eficacia de los tapabocas de tela pese a que el Gobierno del presidente Emmanuel Macron desaconsejó su uso.
“El uso de mascarilla es obligatorio pero dado que estamos cerca los unos de los otros, se recomienda no hablar y no telefonear, porque a pesar de la mascarilla puede haber proyecciones”, dijo Yves Buisson, epidemiólogo y presidente de la célula COVID-19 de la Academia Nacional de Medicina, según informaron medios locales.
De acuerdo a la entidad, esta medida debe aplicarse por la dificultad de guardar las distancias en metros, autobuses y otros medios de transporte público.
En paralelo a esta pauta, la Academia, una prestigiosa institución formada por médicos, farmacéuticos, biólogos y otros científicos de la salud fundada en 1731 por Luis XV, avivó la polémica sobre el uso de mascarillas artesanales, que esta semana ha sido desaconsejado por el Gobierno galo ante la expansión de nuevas variantes más contagiosas.
Siguiendo la prescripción del Alto Consejo de Salud Pública y como ya han hecho otros países como Alemania y Austria, el Ejecutivo instó a los franceses a abandonar las mascarillas artesanales por tener una menor capacidad de filtrado que las quirúrgicas.
El ministro de Sanidad, Olivier Véran, indicó que en los próximos días un decreto publicado en el boletín oficial regulará su uso en comercios y espacio público.
Pero la Academia de Medicina asegura que, si bien son menos filtrantes, no conviene prohibirlas pues su actuación en la defensa de nuevas cepas del virus es la misma que con la variante tradicional.
“El hecho de que todo el mundo lleve mascarillas es mucho más importante que la calidad de la misma, porque lo que esperamos de ella es evitar el efecto proyección”, añadieron desde la Academia, que precisó que lo importante es que se haga un uso correcto de este accesorio sanitario, cubriendo nariz y boca.
El principio de precaución en el que se basa el Gobierno preocupa a la Academia de Medicina, que teme que este nuevo mensaje siembre la confusión en la población, que ya se estaba familiarizando con la medida, y reavive las dudas sobre las recomendaciones oficiales.
“El Gobierno nos escucha a menudo pero nunca nos consulta, intervenimos cuando estimamos que no se hace lo que se debería”, comentó el Profesor Buisson en representación de la Academia, y se sumó así a la opinión de la Organización Mundial de la Salud, que defiende la eficacia de las mascarillas de tela.
Por otro lado, a partir de este domingo, los ciudadanos de la Unión Europea (UE) que viajen a Francia deberán aislarse durante siete días a su llegada al país, después de haber presentado un test PCR negativo, y tendrán que hacer otro diagnóstico al final de la cuarentena.
El Ministerio de Europa y Asuntos Exteriores precisa en la página web de consejos a viajeros que los europeos también deberán aislarse, al igual que los no europeos, a quienes esta medida ya les era exigida.
“A partir del 24 de enero, cualquier viajero mayor de once años que se desplace a Francia procedente del espacio europeo tendrá la obligación de presentar el resultado de un examen PCR” negativo, realizado en las 72 horas previas a su salida, señala Exteriores.
Quedan exentos de esta medida los viajeros que lleguen en coche o tren.
(Con información de EFE)
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