El líder de la oposición rusa, Alexei Navany, encarcelado desde su regreso a Rusia, afirmó el viernes desde la prisión de Matrósskaya Tishiná, donde se encuentra en régimen preventivo, que está bien y advirtió: “Quiero que sepan que no tengo pensado suicidarme”.
“Por si acaso”, no tengo planes de “colgarme de la reja de la ventana, cortarse las venas o la garganta con una cuchara afilada”, sugiriendo que el régimen de Putin podría hacer pasar su muerte por un suicidio. Navalny quiso dejar el mensaje a sus seres queridos y sus partidarios de que, si le pasara algo en la prisión preventiva, no sería accidental o por motivos de salud.
”Bajo con mucho cuidado por las escaleras. Todos los días me toman la tensión y la tengo como un cosmonauta, por lo que se excluye un infarto repentino. No bebo ‘samogón’ [aguardiente casero ruso] ni como bombones Raffaello”, afirmó.
“Mi estado psicológico y emocional es totalmente estable. Tengo la total certeza de ahí fuera muchas buenas personas acudirán en mi ayuda”, afirmó en un mensaje publicado para sus seguidores en su cuenta de la red social Instagram.
El opositor, que alienta desde su celda las protestas convocadas para mañana, sábado, en demanda de su puesta en libertad, se refirió también a la repercusión del video publicado esta semana por el Fondo de Lucha contra la Corrupción (FBK) fundado por él en el que acusa al presidente ruso, Vladimir Putin, de recibir de sus amigos “el palacio más caro del mundo” a orillas del mar Negro.
El video sobre “la mayor trama de corrupción de Rusia” por un monto de más de 100.000 millones de rublos (unos 1.400 millones de dólares), ya ha superado los 54,1 millones de visitas en YouTube.
“Eso significa que ahora en el búnker alguien tiene una pataleta y grita: ‘Busquen a todos los que han marcado “Me gusta” y úntenles los calzoncillos con Novichok’”, escribió Navalny, en referencia a Putin y a la revelación de un agente ruso de que fue allí donde el Servicio de Seguridad de Rusia puso el agente tóxico con el que envenenó al político y activista anticorrupción en agosto pasado.
Los médicos rusos que le trataron en la ciudad siberiana de Omsk tras el envenenamiento en agosto pasado en Tomsk dijeron no haber encontrado rastros de un agente tóxico y atribuyeron su estado a problemas de metabolismo o a diabetes.
Una vez trasladado a Alemania, diferentes laboratorios internacionales confirmaron el envenenamiento con un agente nervioso de la familia Novichok, dearrollado en tiempos de la Unión Soviética.
El líder opositor fue detenido el pasado día 17 nada más aterrizar en Moscú procedente de Alemania y enviado un día después a prisión preventiva por 30 días.
El Servicio Federal Penitenciario de Rusia le acusa de haber incumplido las condiciones de una pena de cárcel suspendida de 3,5 años dictada contra él en 2014 y declarada ilegal por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, por lo que pide a la Justicia hacer efectiva la condena.
Con información de Reuters y EFE
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