China exigirá test negativos de coronavirus y cuarentenas caseras a todas aquellas personas que quieran regresar a las zonas rurales durante el periodo vacacional del Año Nuevo lunar, que esta vez caerá entre el 11 y el 17 de febrero, en un intento de frenar los rebrotes de covid que azotan el país.
La Comisión Nacional de Sanidad tomó la medida, aplicable desde el 28 de enero hasta el 8 de marzo, ante la preocupación por la rápida propagación del virus en los pueblos de varias provincias nororientales y en víspera de que cientos de millones de inmigrantes urbanos viajen a sus lugares de origen.
Las previsiones oficiales contemplan hasta 1.700 millones de viajes durante los 40 días del ‘chunyun’ -la mayor migración humana del mundo cada año-, un 40% menos que en 2019 pero un 10% mayor que en 2020, cuando también se vio afectado por la pandemia.
“La capacidad de prevención y control de la covid en las zonas rurales es débil. Durante el periodo vacacional por el Año Nuevo lunar aumentará el número de personas que regresan a los pueblos. Es necesario fortalecer las medidas”, indicó anoche el organismo.
Así, quienes quieran regresar a sus pueblos deben remitir a las autoridades de esas zonas una prueba negativa de coronavirus antes de viajar y posteriormente someterse a 14 días de “observación en casa”, período durante el cual “no deben salir a no ser que sea necesario”. También deben hacerse otros dos test: uno después de una semana y otro a las dos semanas de haber regresado.
Un funcionario de la Comisión pidió a los gobiernos locales que estén preparados para enviar refuerzos a las zonas rurales si surgen nuevos rebrotes, mientras el Gobierno nacional pide atención ante los múltiples rebrotes aunque insiste en que “la epidemia, por lo general, está controlada”.
El plan es que todas las ciudades con menos de 5 millones de habitantes estén preparadas para hacer pruebas a todos sus residentes en dos días, y que aquellas con más población puedan hacerlo en un plazo de 3 a 5 días.
PREOCUPA EL REBROTE DE BEIJING
China confirmó hoy 126 nuevos contagios locales, la mayoría en las provincias nororientales de Heilongjiang, Jilin y Hebei, donde se están redoblando los esfuerzos para contener los rebrotes con cuarentenas y test masivos. Al margen de esas zonas, preocupan los contagios en el distrito pequinés de Daxing, que aloja el nuevo aeropuerto de la capital del país, donde se han detectado 13 nuevos casos desde el domingo. Los dos primeros, según las autoridades, contrajeron la mutación del SARS-CoV-2 detectada en Reino Unido.
En consecuencia, se ha prohibido a las personas del distrito abandonar la capital sin autorización previa y un test negativo, mientras que cinco comunidades residenciales en el subdistrito de Tiangongyuan continúan confinadas a la espera de los resultados de las pruebas, informa la prensa local.
El miedo a que el rebrote se extienda por Beijing ha provocado la suspensión desde hoy de las clases en guarderías, mientras que las del resto de centros educativos deben terminar el semestre de manera virtual o adelantar las vacaciones por el Año Nuevo lunar. Unos 20.000 habitantes de un barrio del sur de la capital fueron confinados el miércoles, tras detectar la variante británica del coronavirus.
ANIVERSARIO EN WUHAN
Sus calles estaban desiertas y sus hospitales, llenos de enfermos. Un año después de que se ordenara su aislamiento, la ciudad china de Wuhan ha vuelto a la normalidad, aunque aún quedan indicios de que el coronavirus se manifestó allí por primera vez antes de propagarse por todo el planeta.
Hoy, los centros comerciales están atestados de gente y los atascos vuelven a ser frecuentes en las calles de Wuhan, donde nada recuerda que este sábado se cumplirá un año desde que fue confinada por primera vez, el 23 de enero de 2020. El ambiente de ciudad fantasma y el caos vivido en los hospitales parece que quedaron en el olvido.
Sin embargo, todavía quedan huellas de la tragedia que se pueden apreciar a simple vista. Muchos siguen llevando mascarilla, un reflejo que pocos habitantes tenían antes de la cuarentena, algunos por no haber oído ni hablar del misterioso virus. En las últimas semanas, se han detectado focos limitados de la epidemia en varias regiones del país, pero no en Hubei, la provincia que tiene su capital en Wuhan.
Tras 76 días de cuarentena, muchos de sus vecinos se jactan afirmando que su ciudad es la más segura del mundo. Y es cierto que la provincia de Hubei no ha reportado ningún caso de covid-19 desde mayo.
Pero la llegada de un equipo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la semana pasada, no hizo sino recordar que la ciudad, a orillas del Yangtsé, está en el centro de la investigación internacional que se ha abierto para averiguar el origen del virus.
(Con información de EFE y AFP)
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