Janet Yellen, nominada por el presidente electo Joe Biden para ser la próxima secretaria del Tesoro de Estados Unidos, pidió este martes al Congreso un gran estímulo fiscal en medio de la crisis provocada por la pandemia del coronavirus a la vez que apuntó contra las “prácticas abusivas” de China en comercio y tecnología como uno de los principales retos económicos.
“Los economistas no siempre están de acuerdo, pero creo que hay un consenso ahora: Sin una acción mayor, nos arriesgamos a una recesión más larga y dolorosa, y cicatrices a largo plazo en la economía más adelante”, señaló Yellen en su audiencia ante el comité financiero del Senado.
Biden, que jurará como presidente de Estados Unidos mañana 20 de enero, ha desvelado un ambicioso plan de estímulo fiscal de 1,9 billones de dólares, que incluye nuevas transferencias directas para los ciudadanos, partidas para reforzar el subsidio federal por desempleo y fondos adicionales para la distribución de las vacunas.
El proyecto prevé aumentar el salario mínimo federal a 15 dólares por hora y estipula 350.000 millones de dólares en fondos de emergencia para Gobiernos estatales y locales.
La llave, no obstante, está en el Congreso, que deberá aprobar la propuesta.
Los demócratas cuentan con mayoría en ambas cámaras, pero en el Senado es tan ajustada que se prevé una dura batalla legislativa.
En este sentido, el senador republicano Patrick J. Toomey mostró su disposición a colaborar, pero admitió que “el contorno de la propuesta de estímulo de la Administración Biden va a hacer que eso sea difícil” cuando apenas ha pasado un mes del paquete de estímulo previo aprobado por el Congreso, por valor de 900.000 millones de dólares.
La deuda no es el problema
Yellen reconoció que un estímulo de esta magnitud añadirá problemas a la creciente carga de deuda del país.
“Pero ahora mismo, con tipos de interés a niveles históricamente bajos, lo más inteligente que podemos hacer es ir a lo grande. A largo plazo, creemos que los beneficios superan los costes, especialmente si nos preocupamos de ayudar a la gente que ha estado sufriendo por un largo periodo de tiempo”, recalcó.
Yellen, de ser confirmada por el Senado, sería la primer mujer al frente del Departamento del Tesoro en la historia de Estados Unidos, y sería, además, el primera persona en haber ocupado también la silla de presidenta de la Reserva Federal (Fed), cargo que desempeñó entre 2014 y 2018.
China, el gran competidor estratégico
De cara a su nuevo puesto, la prestigiosa economista fue mucho más dura con China que durante su época al frente del banco central estadounidense.
Criticó con contundencia las “políticas abusivas” en comercio y transferencias de tecnología por parte de China, a quien consideró “claramente el principal competidor estratégico” de Estados Unidos.
Entre ellas, citó los subsidios ilegales de Beijing a compañías nacionales, la imposición de barreras comerciales y el robo de propiedad intelectual.
“Estamos listos para utilizar plenamente las herramientas disponibles para corregirlo”, advirtió.
No obstante, marcó distancias respecto a la agresividad de la Administración saliente del presidente Donald Trump respecto al gigante asiático.
A juicio de Yellen, es importante encarar estás prácticas de China pero precisó que “la mejor manera de hacerlo es trabajando con nuestros aliados en lugar de hacerlo de manera unilateral”.
Por último, se mantuvo pegada al guión habitual sobre el rol del dólar como moneda de reserva y rechazó cualquier intento de influir sobre la divisa como instrumento para ganar competitividad.
“El valor del dólar debe ser determinado por los mercados” y se comprometió a cumplir la promesa de Biden “de oponerse a cualquier intento de países extranjeros de manipular el valor de las divisas para ganar ventaja injusta en el comercio”.
Con información de EFE
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