Las menciones en Weibo -la principal red social china, que también es controlada por el régimen- se multiplican cada vez más. Tanto como el malhumor social de un sector de la sociedad que ya no soporta los atropellos de un sistema laboral casi esclavizante. Esta vez el panorama expuesto corresponde a la industria tecnológica, una de las que más crece en el gigante asiático. Esta vez, no se trata ya de un salario bajo... se trata de vida o muerte.
Es que cada vez se multiplican más los casos de empleados que viven exhaustos como consecuencia de la insoportable cultura laboral por la cual deben trabajar casi sin respiro durante toda la semana. La protesta viral de un hombre que hacía delivery para una empresa subsidiaria de Alibaba -sí, el equivalente a Amazon que está en la mira del Partido Comunista Chino (PCC) y Beijing- terminó por correr el velo que ocultaba las muertes producidas por este tipo de régimen inhumano.
Se trata de la cultura “996″. Ese número no representa una clave diabólica, sino que es el código que se le da a la cada vez más extendida práctica de trabajar de 9 am a 9 pm 6 días de la semana. Liu Jin, de 48 años, la dejó al descubierto de manera brutal cuando se grabó en una gasolinería prendiéndose fuego a sí mismo, desesperado por la poca plata que ganaba y las tétricas condiciones de trabajo a las que era sometido. “Quiero mi plata ganada con sangre y sudor de vuelta”, gritaba. El hombre fue llevado de urgencia a un hospital, sobrevivió, aunque quedó muy herido.
No fue el único de esa compañía de alimentos del gigante chino cuya vida corrió riesgos en circunstancias laborales: un joven mensajero de Ele.me perdió se desvaneció y su corazón dejó de latir. Nada pudieron hacer para socorrerlo. La corporación ofreció una “compensación compasiva” para la familia del trabajador: 300 dólares. Pero la furia social que despertó su caso provocó que los ejecutivos de la empresa debieran rever la decisión y elevar ese número a 90 mil dólares.
Otros, en diversas compañías, también muerto. Pinduoduo, uno de los rivales de Alibaba en China vio cómo dos de sus empleados habían muerto. Tenían apenas poco más de 20 años. Uno colapsó y el otro decidió quitarse la vida, según recopiló The Wall Street Journal en su edición de este domingo. De acuerdo a los datos de ese diario norteamericano, las firmas chinas han visto incrementar de manera meteórica sus números durante la pandemia del coronavirus. La Oficinal Nacional de Estadísticas de China registró un aumento del 30 por ciento en la ventas online desde el inicio de los confinamientos.
“La pandemia se ha sumado a las ya pesadas cargas de trabajo de los trabajadores de base, desde programadores graduados universitarios hasta trabajadores de entrega con menos educación”, indica el periódico. Estos últimos, sobre todo, son medidos por algoritmos que evalúan su rendimiento: ¿son más o menos eficientes, más o menos rápidos, más o menos dedicados?
De acuerdo a las leyes la carga laboral no podría exceder las 8 horas diarias, con un máximo de 40 a la semana. La cultura “996″ no repara en las normativas que fija el régimen. Beijing -que todo lo controla y todo lo sabe- tampoco hace mucho para hacer cumplir esas leyes. Los gremios no existen, prácticamente, y cuando aparecen es para hacer una genuflexión al PCC. Cada vez más empleados publican videos en sus perfiles de redes sociales para denunciar los maltratos y las pésimas condiciones laborales que enfrentan a diario.
Los más calificados -aquellos con educación universitaria- también padecen las consecuencias del disciplinado y militar sistema de trabajo, sin descanso. La paga, que no es significativa, no justifica -aseguran en sus redes- el estrés al que son sometidos. El informe de The Wall Street Journal está en sintonía con las miles de denuncia que a diario pueden conocerse sobre los brutales sistemas de trabajo que Beijing impone a minorías poblacionales en todo el territorio.
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