La Unión Europea y el Reino Unido se sumaron el lunes al coro internacional de condena por el arresto del líder opositor ruso Alexei Navalny, y pidieron que sea liberado inmediatamente.
“Condeno la detención de Alexei Navalny (...) a su retorno a Rusia. Las autoridades rusas deben liberarlo inmediatamente y garantizar su seguridad”, exigió la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una escueta nota oficial.
Por su parte, el ministerio británico de Relaciones Exteriores manifestó su “profunda preocupación” por la detención del opositor ocurrida el domingo al llegar a Moscú desde Alemania.
“Es asombroso que Alexei Navalny, víctima de un crimen odioso, sea detenido por las autoridades rusas”, declaró el titular de Exteriores, Dominic Raab, en un tuit.
Rusia debe investigar “el uso de un arma química” en su territorio en vez de “perseguir a Navalny”, agregó el ministro, refiriéndose al envenenamiento del opositor ruso, y pidió su “liberación inmediata”.
El líder opositor fue detenido el domingo nada más llegar a Moscú en un vuelo procedente de Berlín, con el argumento de que figura en una lista de busca y captura por no haberse presentado a la revisión periódica de una condena suspendida de 3,5 años de cárcel dictada contra él en 2014 y que fue declarada ilegal por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Rusia rechaza las acusaciones
Rusia, no obstante, rechazó las críticas de los países occidentales y aseguró que “buscan desviar la atención” de los problemas internos y de la “crisis del modelo liberal”.
“Por supuesto, ahora vemos cómo se aferraron ayer a la noticia del regreso de Navalny a la Federación Rusa y cómo la recibieron con alegría, porque les permite por lo visto a los políticos occidentales pensar que pueden distraer la atención de la profundísima crisis en que se encuentra el modelo liberal de desarrollo”, dijo el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov.
En su rueda de prensa anual, el jefe de la diplomacia rusa dijo que Moscú “no está satisfecho con las tendencias que observa en Occidente, cuando las élites para tratar de alcanzar sus metas internas buscan activamente a enemigos externos y los encuentran en Rusia, China, Irán, Corea del Norte, Cuba y Venezuela”.
“Estoy convencido de que no hay que buscar pretextos externos para justificar sus propias acciones o para distraer la atención de sus problemas internos”, sostuvo Lavrov, quien afirmó que por contra hay que “encontrar vías de cooperación”.
“Rusia intenta cooperar y operar de manera constructiva en la arena internacional. No queremos discutir con otros países, sino sentarnos en la mesa de negociaciones para comentar todo tipo de soluciones”, recalcó el ministro.
El jefe de la diplomacia rusa aseguró que Moscú “siempre ha estado preparado” para ello, también cuando se ha acusado a Rusia de estar detrás del envenenamiento del ex espía ruso Serguéi Skripal en 2018, la interferencia en las elecciones estadounidenses de 2016, el derribo del avión MH17 en el este de Ucrania en 2014 o el intento de asesinato de Navalny.
“Nunca recibimos ninguna prueba. Todo lo que escuchamos es que es ‘altamente probable’ y que solo Rusia tiene motivos” de estar detrás de todo esto, alegó Lavrov.
“No nos dan nada concreto. Seguimos interesados en resolver todos los problemas mediante el diálogo, pero no queremos entrar en la puerta que Occidente no quiere abrir”, sostuvo el titular del Ministerio de Exteriores de Rusia.
(Con información de AFP y EFE)
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