El primer ministro del “Land” de Renania del Norte-Westfalia, el centrista Armin Laschet, ganó este sábado la elección como nuevo presidente de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de la canciller alemana, Angela Merkel.
Laschet, representante del continuismo y apoyado por el ministro de Sanidad, Jens Spahn, se impuso en la segunda vuelta de la votación telemática de los delegados del partido ante el derechista Friedrich Merz. El tercer aspirante, el asimismo centrista, Norbert Röttgen, había quedado afuera en la primera vuelta de las votaciones.
Laschet, vicepresidente del partido, que en la primera ronda había quedado algo por debajo de Merz, obtuvo en la segunda y definitiva 521 votos, frente a los 466 de su rival y enemigo histórico de la canciller.
Con ello se impuso la vía continuista, frente a lo que hubiera sido un giro claramente derechista en el partido que ha liderado la mayoría de los gobiernos de la República Federal de Alemania (RFA), estado previo a la reunificación.
Laschet se había dirigido a los delegados antes de la votación en un tono muy personal, recordó los orígenes mineros de su familia -lo que parecía marcar las diferencias respecto al multimillonario Merz- y alertó contra la polarización, los extremismos y situaciones como la ocurrida en Estados Unidos, con el asalto al Capitolio de seguidores del presidente saliente, Donald Trump.
En la ronda de preguntas de los delegados a los tres candidatos contó con el apoyo explícito de Spahn, quien pidió el voto para el primer ministro renano. El día anterior, en su discurso de saludo a los delegados, Merkel ya había hecho alusión al “espíritu de equipo”, lo que se interpretó como un apoyo más o menos directo a ese tándem.
Los tres candidatos se habían presentado ante los 1.001 delegados en formato virtual, con discursos de unos 20 minutos de duración, a lo que siguió la primera votación telemática y luego la de desempate.
La elección del nuevo líder de la CDU es un paso definitivo hacia la definición del candidato del bloque conservador para las elecciones generales del próximo 26 de septiembre.
Desde hace décadas, la candidatura común se consensua con la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), a cuyo líder y primer ministro del “Land”, Markus Söder, se atribuyen aspiraciones a luchar por la Cancillería.
El líder bávaro está, junto con el ministro Spahn, entre los políticos mejor valorados por la ciudadanía, solo superados en ese aprecio popular por la propia canciller.
Pese a la victoria de la vía centrista, con la elección del nuevo presidente se cierra de facto la “era Merkel” al frente del partido.
La líder alemana lideró la CDU entre el 2000 y 2018, año en que tomó las riendas del partido su preferida para una sucesión ordenada, la entonces secretaria general y ahora ministra de Defensa, Annegret Kramp-Karrenbauer.
Esa vía continuista o sucesión planificada se frustró hace aproximadamente un año, en medio de una fuerte crisis de liderazgo por parte de AKK -como se denomina a Kramp-Karrenbauer-, que anunció su retirada como presidenta el partido y renunció a luchar por la candidatura en las generales.
(Con información de EFE)
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