Tocada pero no hundida. La economía alemana experimentó en 2020 su peor año desde la crisis financiera de 2009, con una caída de 5% de su PIB debido a la pandemia, pero logró limitar los daños gracias al impulso del sector industrial.
“La economía alemana entró en una profunda recesión, tras una década de crecimiento”, dijo el jueves el instituto de estadística Destatis, en su presentación de los datos preliminanares.
La caída de la primera economía de la zona euro en 2020 (-5%) es histórica: desde la reunificación, sólo 2009, en plena crisis financiera, fue peor (-5,7%).
El retroceso es, pese a todo, menos grave que el estimado por el gobierno, que preveía una baja del 5,5%.
Y Alemania saldrá mejor parada que otros países europeos, como Francia (-9,3%), Italia (-9,0%) o España (-11,1%), según las previsiones del Banco Central Europeo.
“Respecto a los temores iniciales (...), la economía alemana limita los daños”, estima Fritzi Köhler-Geib, jefa economista para la banca pública KFW.
Una situación debida sobre todo a los buenos resultados de la industria, aunque desde noviembre estén en vigor en el país nuevas restricciones para frenar la propagación del virus.
En comparación con el brutal frenazo en primavera, el sector industrial, pilar del modelo económico, no experimentó una reducción de la actividad a final de año.
Todo lo contrario: los pedidos a la industria manufacturera subieron 2,3% en noviembre, la cifra más alta desde el inicio de la crisis, y la producción aumentó 0,9% en un mes.
Desde hace varios meses, estos dos índices progresan gracias al dinamismo del mercado chino, uno de los principales clientes de Alemania.
“Impacto menos duro”
“La economía alemana sufrió un impacto menos duro en el segundo confinamiento que en el primero”, confirma Georg Thiel, el presidente del instituto Destatis.
En el cuarto trimestre, el PIB tendría que mostrar un “estancamiento”, según el economista Uwe Burkert, del banco LBBW, lejos de la caída histórica de 9,8% del segundo trimestre, pero experimentará una ralentización respecto al aumento del verano.
Las perspectivas para el 2021 no están claras, y la esperanza de una neta recuperación se ha ido desvaneciendo, destacan los economistas.
Las restricciones que prosigue y las medidas de apoyo financiero serán “determinantes para la evolución la situación económica global”, insiste Georg Thiel, de Destatis.
Berlín prevé un crecimiento de 4,4% en 2021, y de 2,5% en 2022, es decir, un regreso a la dinámica de “antes de la crisis”.
El futuro de la economía alemana dependerá de la evolución de la situación sanitaria, advirtió también el comité de expertos económicos que aconseja al gobierno.
“Si en febrero o en marzo, suavizamos un poco las restricciones, tendremos en el segundo trimestre un fuerte crecimiento, como este verano”, estimó el presidente del organismo, Lars Feld, en una entrevista al diario Handelsblatt.
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