Lo sabemos, 2020 fue un año tan malo que la posibilidad de que un asteroide cayera en la Tierra y acabara con todo no parecía tan terrible, pero si fuiste uno de los que pidió porque algo así sucediera, tal vez deberías replanteártelo, porque el próximo año en serio podría suceder.
Así lo dijo la NASA, que recientemente le puso fecha a un probable impacto de un asteroide contra la Tierra. Esta roca espacial, de nombre 2009 JF1, es considerada “potencialmente peligrosa”, pues sus 130 metros de diámetro podrían causar una explosión equivalente a 230 kilotones de dinamita.
Por si quieren marcar sus calendarios, la fecha de la posible colisión es el 6 de mayo de 2022. Pero tranquilos, todavía no es tiempo de entrenar a un equipo experto de perforadores para que rompan el asteroide en el espacio, como en la película Armagedón. Ya que lo más probable es que 2009 JF1 simplemente pase cerca de nosotros, así que no nos pongamos nerviosos unos días antes.
Es más, la NASA ha dicho que las probabilidades de que este asteroide impacte contra la Tierra es de una entre 3.800, lo que equivale a un 0,026% según la escala de Palermo.
Además, las rocas más pequeñas que logran ingresar a nuestra atmósfera arden en ella mientras descienden al suelo, creando meteoros y meteoritos que muchas veces vemos como lluvias de estrellas en el cielo nocturno. Las más grandes que sí han caído en el planeta suelen hacerlo en el océano o en áreas deshabitadas.
Sin embargo, de vez en cuando tenemos un evento atípico, como la explosión del meteorito de Chelíabinsk en 2013, el cual solo tenía un diámetro de 20 metros y estalló a 20 mil metros de altura liberando una energía de 500 kilotones (tres veces más que la bomba de Hiroshima).
El 2009 JF1, que es mucho más grande y por lo tanto potencialmente mucho más destructivo, fue descubierto hace once años por la NASA, y desde entonces viene siendo monitoreado para conocer su ubicación en el universo, medir su trayectoria y proyectar una posible fecha de impacto contra la Tierra.
Actualmente ocupa el sexto lugar en la lista de Objetos Cercanos a la Tierra (NEO por sus siglas en inglés), en la que la NASA y otras agencias espaciales clasifican por orden de probabilidad de impacto los asteroides y demás objetos espaciales que podrían ocasionar eventuales daños en la Tierra.
El 2009JF1 es aproximadamente del tamaño de la Gran Pirámide de Guiza. Un asteroide de este tipo, si nos golpeara, liberaría una energía equivalente a más de 15 veces la fuerza de la bomba que se lanzó sobre Hiroshima en la Segunda Guerra Mundial.
Una explosión de tal magnitud podría devastar con facilidad a un país pequeño, causar terremotos masivos, tsunamis o incluso erupciones volcánicas.
Por esta razón, los NEO tan grandes como este asteroide son constantemente monitoreados por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, y lo hacen usando un sistema automatizado llamado Sentry. Este sistema logra medir una gran cantidad de datos que permiten determinar, por ejemplo, que 2009JF1 es un asteroide Apolo, es decir, que su órbita alrededor del Sol es más grande que la de la Tierra.
Pero hay dos puntos en los que la Tierra y el asteroide se cruzan en su camino. Es allí donde se presenta el riesgo de colisión.
Eso sí, no todas son malas noticias, ya que recientemente los científicos descubrieron que 2009JF1 podría ser más pequeño de lo que pensaban, ya que estiman su diámetro en unos trece metros, que siguen siendo potencialmente mortales para muchas personas si cayera en el momento o lugar incorrecto.
El asteroide 2009 JF1 está actualmente a 375.587.595 km de distancia, y se aproxima 18 km hacia nosotros cada segundo. Vuela más allá de la Tierra a una velocidad increíble, a 65.293 kilómetros por hora.
2009 JF1 es solo una de las 1068 NAO que se encuentran actualmente en la lista de riesgos de colisión con la Tierra, pero por este solo tendremos que esperar poco más de un año.
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