El escándalo surgió a comienzos de octubre, días después de que Margaret Ferrier, miembro del Parlamento británico por el partido Nacional Escocés (SNP), recorriera más de 1.100 kilómetros en tren, la distancia de ida y de vuelta entre Glasgow y Londres, a pesar de haber tenido síntomas de COVID-19, y conociendo el resultado positivo de su prueba en el viaje de regreso. Como el día que estuvo en Londres no violó las normas vinculadas a la pandemia, la policía metropolitana pasó el caso a la escocesa. Que sí encontró una serie de infracciones a los límites de viajes y contacto social, y acaba de detener a la mujer de 60 años.
Ferrier ha sico acusada “en relación con una presunta conducta dolosa e imprudente”, según el comunicado de la policía. La parlamentaria ya había sido suspendida en el SNP, en octubre, a la espera de la resolución legal de su caso.
El sábado 26 de septiembre la representante de Rutherglen y Hamilton West se sintió mal, con los síntomas que causa el coronavirus. Se realizó una prueba pero, dado que el domingo se sintió mejor, fue al gimnasio, a la peluquería y a comprar unos regalos en Lanarkshire. El lunes 28 tomó el tren desde Glasgow hasta Londres para participar en un debate en la Cámara de los Comunes.
Entonces supo que se había contagiado: le informaron que su prueba de SARS-CoV-2 había dado positivo. No obstante, tomó el tren de regreso a Glasgow.
En pocos días el caso se conoció y el SNP suspendió a Ferrier. Sus competidores la atacaron y exigieron su renuncia; incluso sus colegas y hasta su amiga, la primera ministra y dirigente del SNP, Nicola Sturgeon, le aconsejaron que “hiciera lo correcto” y dejara el Parlamento, pero Ferrier se negó: luego de permanecer aislada hasta dar negativo en los estudios, regresó a su trabajo.
En varias ocasiones se disculpó: “A pesar de sentirme bien, me tendría que haber aislado mientras esperaba el resultado de la prueba, y lamento profundamente mis acciones”, dijo.
La investigación policial halló “presuntas violaciones a las normas sobre el coronavirus entre el 26 y el 29 de septiembre de 2020″, según el comunicado oficial. El caso está ahora en manos de la fiscalía escocesa, llamada Crown Office, para ser llevado a juicio.
Seguir leyendo: