Durante años, el régimen chino permitió el meteórico ascenso del imperio tecnológico y financiero de Alibaba, del empresario Jack Ma, pero bastaron unas declaraciones críticas del ejecutivo para que Beijing ponga en la mira a la empresa, principalmente a la compañía de pagos Ant Group, y ahora estaría buscando quedarse con una buena parte del conglomerado.
Según funcionarios chinos y asesores del gobierno de Xi Jinping contactados por el Wall Street Journal, el régimen, a través de sus reguladores, están abriendo la vía para que China tome más control de la firma.
Hace unos días, el gobierno estableció una hoja de ruta, bajo la cual ordenaron a la fintech Ant cambiar drásticamente su modelo de negocio y volver a sus raíces como proveedor de servicios de pago, una estricta rectificación de sus servicios de préstamos, seguros y gestión de la riqueza. Eso ocurrió apenas unas semanas después de frustrar a último minuto la salida a la bolsa del grupo, que hasta poco tiempo atrás se jactaba de ser el ejemplo de la tecnología china.
Bajo el nuevo plan delineado por Beijing, los reguladores del Banco Central también exigieron la formación de una firma de tipo holding financiero que estaría sujeta al tipo de requisitos de capital aplicados a los bancos.
Según indicó el WSJ en base a las fuentes contactadas, esta disposición abre la puerta a que los grandes bancos estatales u otro tipo de entidades controladas por el gobierno compren su participación en la empresa, ayudando a reforzar su base de capital.
En ese sentido, Ant ya cuenta como inversores al fondo nacional de pensiones de China, el Banco de Desarrollo de China y China International Capital, el principal banco estatal de inversiones del país, por lo que no es una novedad que el régimen pise fuerte en Alibaba, pero su participación podría incrementarse considerablemente.
Las operaciones que Ant buscaría incorporar al holding incluyen servicios de gestión de patrimonio, préstamos al consumidor, seguros, pagos y MYbank, un banco en línea en el que Ant es el mayor accionista, dijeron las personas. Bajo la estructura de la nueva firma, los negocios de Ant probablemente estarían sujetos a más restricciones de capital, lo que podría limitar su capacidad de más crédito y de expandirse al ritmo de los últimos años.
De todas formas, los planes de Xi Jinping avanzan con cautela, en un complicado balance: quieren endurecer el control sobre ejecutivos poderosos, pero también mantener ante la clase empresaria la supuesta libertad para el espíritu innovador que ha impulsado el ascenso tecnológico y económico.
Cual sea el método elegido, Jack Ma se ha visto muy afectado por perder la simpatía del régimen. Su patrimonio neto alcanzó un máximo de USD 61.700 millones, pero desde entonces ha disminuido en más de USD 12.000 millones, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg. Como consecuencia, Ma, de 56 años, cayó al puesto 25 de la lista de las personas más ricas del mundo.
El aumento de los controles gubernamentales está obligando a los inversionistas a repensar sus tenencias después de que la explosiva demanda de servicios en línea provocada por los confinamientos a causa del coronavirus impulsara al alza las acciones a principios de este año. En las últimas semanas, los gigantes tecnológicos chinos han perdido cientos de miles de millones de dólares en valor de mercado. Tencent Holdings, de “Pony” Ma Huateng, ha caído 15% desde principios de noviembre y el gigante de envíos de comida Meituan ha retrocedido casi en 20% desde el máximo que alcanzó el mes pasado.
“Hay cantidad de señales similares que muestran que los gigantes tecnológicos chinos están en el radar de las autoridades”, dijo Bruce Pang, director de investigación macro y estratégica de China Renaissance Securities Hong Kong. “Las directrices y la revisión antimonopolio son solo dos de esas señales”.
Según el WSJ, la elección del encargado para detallar las acciones contra Ant fue pensada como una señal favorable, al nombrar a Pan Gongsheng, un vicegobernador del banco central con una reputación favorable en los mercados. Pero su postura quedó clara al hacer hincapié en la necesidad de que la empresa “integre el desarrollo empresarial en el desarrollo nacional general”.
La cancelación de la salida a bolsa por USD 35.000 millones de Ant solo dos días antes de su debut programado en noviembre fue una de las primeras señales de la represión regulatoria en China a una industria que ha ganado influencia en la vida cotidiana de cientos de millones de personas. Después de eso, las autoridades de la nación impusieron restricciones adicionales al sector de préstamos al consumidor, propusieron nuevas normas para frenar el dominio de los gigantes de internet y multaron a Alibaba y una filial de Tencent por adquisiciones realizadas hace años. Un mayor control del Gobierno a las fusiones y adquisiciones podría agregar incertidumbre al crecimiento de los gigantes de internet.
“Si se producen acuerdos similares en Estados Unidos o Europa —por ejemplo, si Facebook se fusiona mañana con Google—, sus autoridades también serán cautelosas”, dijo Liu Cheng, socio de la firma de abogados King & Wood Mallesons en Beijing. “Los gigantes tecnológicos deben prestar más atención al cumplimiento de sus operaciones diarias”.
(Con información de AFP y Bloomberg)
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