El espía israelí Jonathan Pollard ha llegado este miércoles a Israel tras cumplir 35 años de condena por sus actividades cuando era analista de Inteligencia en el centro antiterrorista de la Armada de los Estados Unidos.
Pollard ha aterrizado a primera hora del día en el aeropuerto de Ben Gurión, donde ha sido recibido por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien le ha entregado su documentación. “Bienvenido de vuelta. Es genial que finalmente hayas vuelto a casa. Ahora puedes empezar una nueva vida, con libertad y felicidad”, ha dicho Netanyahu.
Por su parte, Pollard se ha mostrado “eufórico” por llegar a Israel y ha dado las gracias a la población y al primer ministro por hacerlo posible. “Nadie está más orgulloso de este país y de su líder de lo que lo estamos nosotros”, ha dicho, al lado de su esposa, Esther.
“Esperamos ser ciudadanos productivos lo antes posible e iniciar nuestras vidas aquí. Este es un país maravilloso. Tiene un futuro tremendo. Es el futuro del pueblo judío y no vamos a irnos a ninguna parte”, ha añadido, según ha informado el diario israelí ‘Haaretz’.
Pollard renunció a ser sometido a juicio como parte para declararse culpable, por lo que fue condenado a cadena perpetua por unanimidad en 1987. Israel concedió a Pollard la ciudadanía en 1995, pero negó públicamente que fuera un espía hasta 1998.
El hombre cumplió 30 años de condena en una prisión estadounidense, tras lo que estuvo cinco años bajo una estricta libertad condicional. Finalmente, las autoridades emitieron en noviembre un certificado poniendo fin a esta libertad condicional y autorizando su liberación.
Pollard había expresado en numerosas ocasiones su voluntad de trasladarse a Israel y, en los últimos años, las autoridades israelíes habían trasladado diversas peticiones a Washington para que procediera a su liberación.
De acuerdo a la cadena NPR, Esther, que según los informes está recibiendo quimioterapia para el cáncer, está buscando tratamiento médico en Israel, pero la pareja planea emigrar permanentemente allí.
Pollard fue arrestado en 1985 y acusado de espiar para Israel. Más tarde se declaró culpable, pero aún así fue condenado a cadena perpetua. En ese momento, afirmó que solo robó secretos para un aliado de Estados Unidos porque “el establecimiento de inteligencia estadounidense puso en peligro colectivamente la seguridad de Israel al retener información crucial”.
La inteligencia entregada por Pollard a Israel incluía fotos satelitales de alto secreto e información sobre el armamento soviético y el apoyo soviético a los países árabes, según una “evaluación de daños” ahora desclasificada por la inteligencia estadounidense. El descubrimiento del robo de información sensible tensó gravemente las relaciones entre ambos países en aquella época.
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