Llamada “Sputnik V” en homenaje al primer satélite lanzado por la URSS en 1957, la vacuna rusa suma escepticismo a nivel internacional ante anuncios considerados prematuros. Incluso varias negociaciones están sujetas a la espera de mayores detalles.
En total, más de 50 países -entre ellos India, Brasil, China, Argentina, Bielorrusia, Hungría, Venezuela, Nepal, Uzbekistán, Egipto, México y Kazajstán- han demandado esta candidata, pedidos que ascenderían a más de 1.200 millones de dosis. Sin embargo, y con excepción de la aplicación que ya comenzó a desplegarse en la Argentina y Bielorrusia, el resto de los países que han manifestado interés condicionan sus pedidos a una certificación de “idoneidad” que confirme su eficacia.
Hungría, que se sumó a los pocos estados en recibir dosis, tiene desde ayer 6.000 ampollas a disposición. A pesar del stock -y al igual que otros países que han mostrado inquietud por este desarrollo- su programa de aplicación quedará condicionado a la decisión de un grupo de expertos húngaros. La confirmación la dio el ministro de Relaciones Exteriores, Peter Szijjarto, quien no proporcionó más información sobre el posible despliegue del desarrollo ruso, que ahora depende de la revisión de los funcionarios de salud de Budapest.
“En virtud de nuestro acuerdo anterior, la cooperación de Rusia y Hungría con respecto a la vacuna contra el coronavirus continuará (...) 6.000 dosis de la vacuna rusa han llegado a Hungría”, escribió el jefe de la diplomacia húngara en su cuenta de Facebook.
Los médicos y expertos húngaros visitaron los sitios de producción rusos de la vacuna. Según el gobierno de Budapest, la producción en masa de Sputnik V en Hungría podría comenzar el próximo año “si la vacuna resulta segura y eficaz”.
Con el arribo del medicamento desde Moscú, el gobierno del primer ministro nacionalista, Viktor Orban, se diferencia del resto de sus socios de la unión europea en lo referente a esta vacuna. Para Bruselas la falta de información científica es un obstáculo para emitir criterios favorables. Hungría, además, se pone fuera de la exigencia europea de regulación centralizada de la Agencia Médica de la Unión (EMA).
En Argelia, otro país que busca aplicar esta vacuna, también hay divergencias, aunque las autoridades de la Orden Nacional de Médicos y del comité científico covid-19, han intentado disipar dudas. Sin cuestionar su eficacia, las condiciones de uso están en un estado de aprobación “a priori”. El país, que espera producirla localmente, posterga definiciones para el mes de enero.
Brasil, fue otro país en hacer público su deseo de aplicarla. No obstante, por ahora el acuerdo es provisional y solo dejaría librado el uso a los estados interesados. En ese sentido, Bahia, en el noreste, comunicó esta idea a través de su Secretaría de Salud, para un eventual suministro de hasta 50 millones de dosis. Otros estados se han inclinado por el desarrollo del laboratorio chino Sinovac, que consideran a la candidata má avanzada y con capacidad de garantizar millones de dosis en próximos meses unos 45 millones de dosis.
Argentina y Bielorrusia se diferencian
Bielorrusia anunció este martes el lanzamiento de su campaña de vacunación contra el nuevo coronavirus con la llegada al país del primer lote de vacunas rusas Sputnik V.
El Ministerio de Salud de la ex república soviética, fue el responsable del anuncio: “El primer lote de vacuna llegó a Bielorrusia y se inicia la vacunación de la población”.
Bielorrusia fue el primer país extranjero en licenciar la vacuna rusa en su territorio en diciembre. Allí se realizaron ensayos clínicos desde el 1 de octubre.
Con el anuncio, junto a Argentina se han convertido en los primeros países, después de Rusia, en comenzar a vacunar a su población con Sputnik V.
Rusia comenzó a inocular a principios de diciembre con trabajadores en riesgo y ocupaciones consideradas “prioritarias”, sin bien en personas entre 18 y 60 años. La vacunación para mayores comienza en los próximos días.
Pedidos sin especificaciones.
El gobierno del presidente, Vladimir Putin, ha comenzado a entregar su vacuna Sputnik V al continente africano. Así lo confirmó el viceministro de Relaciones Exteriores, Mijail Bogdanov, quien no especificó qué países se ven afectados.
“Las entregas de la vacuna rusa contra el coronavirus Sputnik V a África ya han comenzado”, dijo a un medio ruso, sin indicar los países demandantes.
Según el diplomático ruso, el interés es “enorme” y actualmente hay “muchas solicitudes”.
“No quisiéramos ofender a nadie. Nos gustaría que todas las llamadas que hemos recibido de nuestros amigos africanos sean satisfechas “, subrayó el viceministro.
Fase 3, recién en mayo.
El pasado 11 de agosto Rusia registró la primera vacuna contra el covid-19, llamada Sputnik V y desarrollada por el Centro de Epidemiología y Microbiología Nikolái Gamaleya.
La vacuna consta de dos componentes: el primero se basa en el adenovirus humano tipo 26, y el segundo, en el adenovirus humano recombinante del tipo 5. El medicamento se administra dos veces, en un intervalo de 21 días.
La tercera fase de sus ensayos clínicos debe concluir en mayo, momento en el que se espera la publicación en medios científicos. Según el adelanto de los resultados, los análisis realizados 21 días después de la administración del primer componente, el medicamento cumplió con los criterios de valoración de la tercera fase al mostrar una efectividad del 91,4%.
Finalmente, para los países que han adelantado pedidos, la capacidad de producción y entrega es otro condicionante. El propio Vladimir Putin expuso en su momento las dificultades para su fabricación, duda que luego fue despejada por el propio Kremlin, quien ahora garantiza su distribución, en especial para los dos países que hoy comenzaron a inyectarla.
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