Rusia declaró este lunes por primera vez “agente extranjero” a cinco personas físicas, tres periodistas y dos activistas, todos conocidos por sus críticas al presidente ruso, Vladímir Putin.
Los cinco fueron incluidos en esa lista por trabajar o colaborar con medios que son considerados agentes extranjeros por ser financiados desde el exterior.
Según una ley aprobada a finales de 2019, dichas personas físicas deberán catalogar todos sus materiales periodísticos como elaborados por un “agente extranjero”.
Entre esas personas físicas, el Ministerio de Justicia ha incluido al veterano defensor de los derechos humanos Lev Ponomariov y al periodista Serguéi Markelov.
Ponomaryov, de 79 años y crítico desde hace mucho tiempo del presidente Putin, dijo que no estaba seguro de cómo lo afectaría la designación y que estaba sorprendido de que él, como no periodista, hubiera sido nombrado, informó la agencia de noticias Interfax.
También han sido catalogados como agentes extranjeros Liudmila Savítskaya, reportera de Radio Libertad; la activista y artista Daria Apajonchich y el director del diario digital Pskóvskaya Gubernia, Denís Kamaliaguin.
En la actualidad, la lista de los medios que operan como “agentes extranjeros” en Rusia incluye diez medios y una organización, entre ellos la emisora Voz de América; uno de los servicios nacionales de Radio Libertad; el canal Nastoyaschee vremia (Tiempos Actuales) y varios portales.
Los autores de dicha ley, diputados del partido del Kremlin, Rusia Unida, consideran que ésta permitirá limitar la injerencia extranjera en los asuntos internos del país.
Recientemente, la Duma o cámara de diputados aprobó otra ley que declara “agente extranjero” a personas físicas que se dediquen a actividades políticas, como mítines o la observación de elecciones, en interés de Estados extranjeros y reciben financiación desde el exterior.
Eso también permitirá declarar agentes extranjeros a periodistas de otros países acreditados en Rusia que realicen labores “incompatibles con su actividad profesional”.
Las personas de esa condición no podrán ocupar cargos en la Administración pública rusa, ni tener acceso a secretos de Estado.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha defendido dichas leyes argumentando que emulan las prácticas existentes en otros países, aunque los opositores acusan a la Duma de aprovechar la pandemia del coronavirus para restringir las libertades políticas de cara a las elecciones legislativas de 2021.
Rusia aprobó por primera vez una ley en 2012 que le permitía etiquetar a las organizaciones no gubernamentales financiadas con fondos extranjeros y los grupos de derechos que consideraba que participaban en actividades políticas como “agentes extranjeros”, un término con connotaciones negativas de la era soviética.
Posteriormente, la ley se amplió para etiquetar a los medios de comunicación de “agentes extranjeros” y a los periodistas y blogueros independientes. Los grupos de derechos humanos dicen que la ley está abierta a abusos y se ha utilizado para reprimir la disidencia y acosar a grupos de la sociedad civil.
(Con información de EFE, Reuters)
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