La Unión Europea y Estados Unidos exigieron a China que libere a una periodista encarcelada por reportar sobre las etapas tempranas de la pandemia de coronavirus en la ciudad de Wuhan.
El lunes, un tribunal chino dictó una condena de cuatro años de cárcel contra Zhang Zhan, quien informó sobre el avance del virus durante el pico de la crisis en la ciudad donde se registró por primera vez la presencia del COVID-19. Su abogado dijo que Zhang fue condenada por “provocar peleas y problemas”.
La condenada, que está detenida desde hace meses, está en huelga de hambre desde junio y ha sido alimentada a la fuerza por intubación nasal, según sus abogados.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, se pronunció sobre el caso un día después e indicó: “Instamos (...) a liberarla inmediata e incondicionalmente”.
Los informes de Zhang, de 37 años, desafiaron el discurso oficial de Pekín -que señalaba que el gobierno había derrotado al virus- y cuestionaron la capacidad de los hospitales y el acceso a las pruebas del virus en los primeros días de la pandemia. También mostró las agresiones que sufrió por parte de autoridades chinas cuando filmó con su teléfono las escenas que tenían lugar en la ciudad.
Oriunda de Shanghai, Zhang viajó en febrero a Wuhan, en aquel momento confinada de manera absoluta por la presencia de la epidemia, y divulgó en redes sociales reportajes, la mayoría sobre la caótica situación que atravesaban los hospitales.
“Ante las mentiras del Partido Comunista Chino (PCCh), los reportes sin censura de la periodista ciudadana Zhang Zang desde Wuhan le dieron al mundo una ventana muy necesaria al brote de COVID-19. Debería ser celebrada por su coraje, no encerrada”, expresó Pompeo en una publicación en su cuenta de Twitter.
Y agregó: “El partido mostró nuevamente que hará todo lo que sea por silenciar a quien cuestione la linea oficial del partido, incluso en cruciales informaciones de salud pública”.
“Su juicio apresurado, al que se negó el acceso a observadores extranjeros, muestra cuán temeroso es el PCCh de los ciudadanos chinos que dicen la verdad”, dijo Pompeo, queaseguró que Estados Unidos siempre apoyará el derecho de los ciudadanos chinos a expresarse libremente.
Este es solo el último episodio que refleja como las relaciones entre Estados Unidos y China han caído a los peores niveles en décadas. Las dos principales economías del mundo se enfrentan por cuestiones que van desde el brote de coronavirus a la ley de seguridad nacional de Beijing para Hong Kong, el comercio y el espionaje.
La Unión Europea, en tanto, también pidió la liberación inmediata de Zhang, así como la libertad del abogado de derechos humanos encarcelado Yu Wensheng, y de varios otros defensores de los derechos humanos detenidos y condenados, como Li Yuhan, Huang Qi, Ge Jueping, Qin Yongmin, Gao Zhisheng, Ilham Tohti, Tashi Wangchuk, Wu Gan y Liu Feiyue.
“Según fuentes fidedignas, la señora Zhang ha sido objeto de tortura y malos tratos durante su detención y su estado de salud se ha deteriorado gravemente”, dijo al respecto un vocero de asuntos exteriores de la UE en un comunicado.
A diferencia del caso de Estados Unidos, la declaración llega cuando el bloque finaliza un acuerdo de inversión con China después de siete años de arduas negociaciones, pese a las preocupaciones sobre el historial de violaciones de derechos humanos en Beijing.
Según el balance oficial, en la metrópolis de 11 millones de habitantes se registraron cerca de 4.000 fallecidos por covid-19, es decir, casi la totalidad de los 4.634 muertos contabilizados en toda China entre enero y mayo.
No obstante, un estudio reciente concluyó que medio millón de personas tuvieron covid-19 en Wuhan. La cifra es diez veces más que lo reconocido por el régimen. El reporte determinó que un 4,4% de los ciudadanos de Wuhan presenta anticuerpos del coronavirus SARS-CoV-2. El documento no hizo referencia a las muertes.
El subregistro es un problema que enfrentan las autoridades sanitarias a lo largo del mundo, pero el escrutinio en China es mayor por los numerosos intentos del régimen de Xi Jinping por ocultar la escala real de la pandemia en el país. Además, el gigante asiático no incluye a los casos asintomáticos en sus conteos, una diferencia clave que agranda la brecha con respecto a otros países.
La respuesta inicial de China a la epidemia ha sido objeto de críticas, pues Beijing no puso en cuarentena a Wuhan y su región hasta el 23 de enero, pese a que se habían registrado casos desde principios de diciembre de 2019.
Al mismo tiempo, los médicos que mencionaron la aparición de un misterioso virus fueron interrogados por la policía, que los acusó de “propagar rumores”.
Con información de Reuters
SEGUIR LEYENDO: