Se termina el que quizás haya sido el año más extraño y complejo para todos los humanos que hoy habitamos el planeta. No es que la humanidad no haya sufrido catástrofes, tragedias y problemas mayores a lo largo de su historia. Pero es cierto que en el último siglo no se había vivido una pandemia semejante que además se expandió por todo el mundo a una velocidad desconocida.
El año comenzó con una noticia de alto impacto mundial: el operativo de fulminante con el que Estados Unidos terminó con la vida del jefe militar iraní Qassem Soleimani cerca del aeropuerto de Bagdad.
A fines de enero, otra muerte conmovió al planeta: la ex estrella de la NBA Kobe Bryant falleció a un accidente aéreo junto a su hija al caer el helicóptero en el que viajaban en California.
Ya para entonces, el COVID-19, el nuevo coronavirus que había comenzado su expansión desde un mercado en Wuhan (o al menos así parecía) ya había causado estragos en China y comenzaba a exandirse más allá de sus fonteras. Durante febrero y marzo terminó por llegar a los rincones más lejanos del mundo. Los países comenzaron a cerrar sus fronteras y declarar cuarentenas. Los viajes y el comercio internacional quedaron en suspenso durante semanas e incluso meses, en muchos casos. El mundo vivió una inédita temprada de encierro en los hogares. Las calles quedaron vacías. En algunas ciudades, incluso fueron tomadas por animales.
Mascarillas, desinfecantes y alcohol en gel se volvieron parte del paisaje cotidiano y las nuevas constumbres en los cinco continentes.
La humanidad contuvo la respiración a la expectativa de un resultado positivo en la carrera cotrarreloj de la comunidad científica por encontrar la vacuna. El virus, mientras tranto, iba dejando su estela de muerte, sobre todo en las grandes ciudades de occidente. Entre los infectados que se recuperaron, no faltaron líderes de primer nivel como Donald Trump, Boris Johnson o Jair Solsonaro.
Con todas las dificultades, el mundo trato de seguir su marcha. Algunos eventos deportivos pudieron realizarse sin público y hasta se concretaron algunas elecciones presidenciales, como la que le dio el triunfo a Joe Biden en Estados Unidos, frustrando el objetivo de Trump de concretar su reelección. Mientras tanto, en Venezuela, el régimen chavista concretó una nueva farsa electoral en la que, sin participación de la oposición ni reconocimiento internacional y con una concurrencia mínima de electores, se jactó de ganar el control de al Asamblea Nacional, el único de los poderes que aún está en manos de la oposición.
Hacia el final del año, en medio de una segunda ola de contagios de COVID-19, dos nueva noticias generaron impacto mundial: la muerte de Diego Armando Maradona a los 60 años y la llegada de las primeras vacunas que abrieron la esperanza para que 2021 sea un año mucho mejor.
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