Se realizó el primer vuelo comercial directo entre Israel y Marruecos

El viaje es el resultado de la reciente decisión de normalizar relaciones entre los dos países, tras los acuerdos que Jerusalén selló con Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Sudán. A bordo del avión viajó Jared Kushner, yerno del presidente estadounidense Donald Trump

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El asesor de seguridad israelí Meir Ben Shabbat subiendo el avión junto al yerno y consejero de Donald Trump Jared Kushner
El asesor de seguridad israelí Meir Ben Shabbat subiendo el avión junto al yerno y consejero de Donald Trump Jared Kushner

El primer vuelo comercial directo entre Israel y Marruecos despegó este martes de Tel Aviv, llevando a bordo al yerno del presidente estadounidense Donald Trump, Jared Kushner, y a un consejero del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.

El vuelo es el resultado de la reciente decisión de normalizar relaciones entre Israel y Marruecos, país que se convirtió en el cuarto Estado del mundo árabe en firmar un acuerdo de este tipo con Israel, después de Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Sudán.

Todos estos acuerdos se firmaron con el apadrinamiento de Estados Unidos.

“Estuve aquí hace unos meses para el primer vuelo hacia Emiratos Árabes Unidos tras este avance histórico en favor de la paz. Desde entonces, los vuelos comerciales hacen el trayecto varias veces al día entre los dos países (...), mi esperanza es que este vuelo hoy en Marruecos cree la misma dinámica”, declaró Kushner en el aeropuerto de Ben Gurion de Tel Aviv.

“En estos últimos 75 años, los judíos y los musulmanes han estado separados, algo que no es natural porque han vivido juntos durante siglos en esta región (...) y lo que observamos ahora es un regreso a esta norma”, añadió Kushner, artífice del plan de la administración Trump para Oriente Medio, duramente criticado por los palestinos.

Jared Kushner y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu durante una conferencia de prensa en Jerusalén este lunes (REUTERS/Ronen Zvulun)
Jared Kushner y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu durante una conferencia de prensa en Jerusalén este lunes (REUTERS/Ronen Zvulun)

Antes de la pandemia del nuevo coronavirus, Marruecos recibía cada año entre 50.000 y 70.000 turistas judíos, en su mayoría procedentes de Israel pero de forma indirecta, es decir, haciendo escalas en otros países previamente.

“50.000 israelíes acaban de viajar a Dubái y lo que sucede allí es una revolución porque los emiratíes los han recibido con entusiasmo (...) y lo mismo va a ocurrir en Rabat y Casablanca”, había declarado el lunes Netanyahu, que envió en este vuelo a Rabat a su consejero especial para la seguridad, Meir Ben Shabbat.

El consejero especial para la seguridad, Meir Ben Shabbat durante la firma de un acuerdo con Bahréin (REUTERS/Hamad I Mohammed)
El consejero especial para la seguridad, Meir Ben Shabbat durante la firma de un acuerdo con Bahréin (REUTERS/Hamad I Mohammed)

Este vuelo Tel Aviv-Rabat, al que le seguirá la apertura de una conexión aérea entre los dos países, irá acompañado de la firma de varios acuerdos, según el programa.

“Van a ver que esta paz entre los judíos y los árabes en el exterior de Israel está creando una nueva dinámica, positiva, entre los judíos y los árabes dentro de Israel”, añadió Netanyahu.

El Sáhara occidental y Palestina

Al aceptar oficialmente la normalización de sus relaciones con Israel, Marruecos obtuvo a cambio que Trump reconociera su “soberanía” en el Sáhara Occidental, una ex colonia española en disputa desde hace décadas con los independentistas del Frente Polisario, apoyado por Argelia.

Tras la decisión de Trump, la ONU indicó que su posición sobre el Sahara Occidental se mantiene “sin cambios”.

El Sáhara Occidental fue escenario de un conflicto hasta 1991 entre Marruecos, que se anexionó el territorio en 1975, y el Frente Polisario, que, con el apoyo de Argelia, reclama la independencia de esta extensión desértica de 266.000 km2.

Marruecos, que controla aproximadamente dos tercios de la excolonia española, quiere una “autonomía bajo control”, mientras que el Frente Polisario reclama un referéndum de autodeterminación.

El acuerdo entre Marruecos e Israel propone además la apertura de un consulado estadounidense en el Sáhara Occidental y un programa de inversiones estadounidenses --colosal según la prensa marroquí--, la reapertura de oficinas diplomáticas en Tel Aviv y Rabat, cerradas desde principios de los años 2000, y el desarrollo de la cooperación económica bilateral.

Al igual que el Sáhara occidental, el apoyo a los palestinos se considerado una “causa nacional” en Marruecos.

Según la agencia de prensa oficial MAP, dos manifestaciones propalestinas fueron prohibidas la semana pasada en Rabat, con una impresionante movilización de las fuerzas del orden.

Los palestinos se oponen a estos acuerdos al estimar que la normalización de las relaciones entre Israel y el mundo árabe debería hacerse únicamente tras un acuerdo de paz israelo-palestino y no antes.

Israel cuenta con cientos de miles de judíos de origen marroquí y en Marruecos aún vive la comunidad judía más importante del norte de África.

(Con información de AFP)

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