El Parlamento de Israel (Knesset) fue disuelto este martes por la noche luego de que venciera el plazo para la aprobación del nuevo presupuesto en medio de una crisis política y una compleja coalición de gobierno, por lo cual los israelíes deberán volver a las urnas el 23 de marzo en las que serán las cuartas elecciones generales en menos de dos años.
La frágil coalición gobernante, dirigida por el primer ministro Benjamin Netanyahu, del partido Likud, y su rival político Benny Gantz, del Azul y Blanco, había intentado obtener una prórroga al plazo para la aprobación del presupuesto para el año 2020.
El proyecto de ley admitido a trámite el lunes contemplaba aplazar del 23 al 31 de diciembre la fecha límite para la aprobación del presupuesto de 2020, pero fue rechazado por un estrecho margen -49 en contra frente a 47 a favor.
De esta forma, el parlamento fue automáticamente disuelto este martes de acuerdo a la legislación vigente en el país, y se fijaron nuevas elecciones para el 23 de marzo, de acuerdo al periódico israelí Haaretz.
“No es ningún secreto que el Likud y yo no queríamos ir a elecciones”, dijo Netanyahu en una conferencia de prensa, de acuerdo al Jerusalem Post. “Israel irá a elecciones generales por las peleas internas del Azul y Blanco”, agregó, responsabilizando a sus aliados de coalición.
Desde el Azul y Blanco, en cambio, cargaron contra el primer ministro y las acusaciones por corrupción en su contra: “Un hombre afectado por tres procesos judiciales está arrastrando a Israel a celebrar elecciones por cuarta vez. Si no hubiera un juicio, tendríamos presupuesto y no elecciones”.
La coalición entre rivales del partido Likud y el Azul y Blanco, que fue formada extraordinariamente con la intención de superar la crisis política y posibilitar la formación de un gobierno en medio de negociaciones truncadas, finalmente no tuvo éxito en sortear la situación, en medio de diferencias insalvables entre ambas fuerzas, y el 2 de diciembre los mismos miembros del Knesset habían votado para iniciar el trámite de disolución, concluida este martes.
“El pueblo de Israel quiere vacunas y no elecciones. Necesitamos dejar la política de lado, ya habrá tiempo suficiente para eso, pero debemos trabajar juntos por nuestros ciudadanos”, había dicho en ese momento Netanyahu durante una conferencia de prensa.
Además, se refirió al apoyo de Gantrz, su socio de coalición, a la moción votada en el Parlamento: “Debe detenerse y no llevar al país a elecciones. Aún no es demasiado tarde”.
Tras las declaraciones de aquel momento del primer ministro, Gantz, actual titular de Defensa, lo acusó de ser un manipulador y de “mentir y engañar” al electorado, añ que dijo le está causando un daño “económico, médico y social”.
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