“Muestren evidencia”. La sentencia corresponde a un prestigioso científico británico quien duda que la nueva cepa del coronavirus que tiene en vilo al Reino Unido y provocó una ola de cierres de aeropuertos en todo el mundo, sea un 70 por ciento más contagiosa que las anteriores. El primer ministro Boris Johnson advirtió en las últimas horas que la nueva variante de COVID-19 es mucho más transmisible y podría abrumar el sistema sanitario nacional.
Sin embargo, el escepticismo parece crecer entre la comunidad científica que no encuentra evidencia al respecto y pone en duda que en tan poco tiempo esa información pueda ser tan precisa. El primero en alzar la voz fue Carl Heneghan, profesor de Medicina basada en evidencia en el Departamento de Atención Primaria Nuffield de la Universidad de Oxford.
“He estado haciendo este trabajo durante 25 años y puedo decir que no se puede establecer un número cuantificable en tan poco tiempo”, dijo Heneghan quien agregó que “todos los expertos dicen que es demasiado pronto para hacer tal inferencia”.
El renombrado académico, citado por el diario DailyMail, dijo además que el gobierno de Londres debería ser más riguroso en lugar de inferir que la nueva cepa es más contagiosa que las preexistentes. ‘Me gustaría tener pruebas muy claras en lugar de ’creemos que es más transmisible‘ para que podamos ver si lo es o no. Tiene implicaciones masivas, está causando miedo y pánico, pero no deberíamos estar en esta situación cuando el gobierno está publicando datos que no son cuantificables. Están ajustando los datos a la evidencia. Ven casos en aumento y están buscando evidencia para explicarlo”.
Un colega de Heneghan, Peter Horby -profesor de Enfermedades Infecciosas Emergentes en el Centro de Medicina Tropical y Salud Global de la Universidad de Oxford- dijo que la cifra del 70 por ciento se basa en “datos convergentes”.
Johnson culpó a la nueva cepa y dijo que “puede ser hasta un 70% más transmisible que la variante anterior”. También que el nuevo virus podría aumentar la tasa de reproducción, conocida como R, en 0,4. Cuando R es superior a 1, el virus está aumentando. Si está por debajo de 1, está disminuyendo. Sin embargo, el primer ministro británico aclaró que se trataba de “datos iniciales” y “sujetos a revisión”. “Es lo mejor que tenemos en este momento. Tenemos que actuar sobre la base de la información que tenemos porque se está difundiendo muy rápido”, añadió.
De acuerdo a su perfil de la Universidad de Oxford, el profesor Heneghan investiga las evidencias para el sesgo de publicaciones y la regulación de medicamentos y es un experto internacional que asesora a los gobiernos sobre los requisitos reglamentarios para drogas, así como proyectos basados en evidencia de interés público.
La nueva cepa
El consejero científico del gobierno británico, Patrick Vallance, explicó que esta variante del SARS-CoV-2, además de propagarse rápidamente, se está convirtiendo en la forma “dominante”, lo que conllevó “una subida muy fuerte” de los ingresos hospitalarios en diciembre. La nueva cepa habría aparecido a mediados de septiembre en Londres o en Kent (sureste), según él.
“El grupo consultivo sobre amenazas nuevas y emergentes de virus respiratorios (NERVTAG) considera que esta nueva cepa puede propagarse más rápidamente”, declaró el médico-jefe de Inglaterra, Chris Whitty, en un comunicado.
Esta idea se basa en la constatación de “un aumento muy fuerte de casos de contagio y de hospitalizaciones en Londres y en el sureste, respecto al resto de Inglaterra, en los últimos días”, señala el profesor de Medicina Paul Hunter, de la Universidad de East-Anglia, citado en la página web de Science Media Centre. “Este aumento parece estar causado por la nueva cepa”, agregó, en alusión a las informaciones aportadas por las autoridades sanitarias.
La nueva cepa identificada por el gobierno británico está generando un caos en los aeropuertos y en los vuelos programados desde esa nación al resto del mundo. Como consecuencia de ello, las bolsas europeas están viendo caer sus cotizaciones, lo que podría agravar la ya deteriorada economía continental si esta situación persiste. Hasta el momento once países europeos han anunciado la imposición inmediata de restricciones a los vuelos y transportes procedentes de Reino Unido en respuesta a la aparición de una nueva cepa de coronavirus que sería un 70 por ciento más contagiosa que la original. Así, Países Bajos, Bélgica, Italia, Alemania, Francia, Irlanda, Austria, Portugal, República Checa, Bulgaria, Hungría, Noruega, Turquía e India han anunciado medidas excepcionales para impedir la entrada de la nueva variante.
Fuera del territorio británico, se detectaron varios casos en Dinamarca (9), uno en Holanda y otro en Australia, según la OMS, que recomendó a sus miembros “incrementar sus [capacidades de] secuenciación” del virus.
La OMS precisó que la variante británica, además “de indicios preliminares de que [...] podría ser más contagiosa”, “podría también afectar a la eficacia de algunos métodos de diagnóstico”. En cambio, por el momento, no hay “ninguna prueba sobre un cambio en la gravedad de la enfermedad”.
El primer ministro británico, Boris Johnson, ya explicó el sábado que Londres y el sureste de Inglaterra deberían volver a cumplir un confinamiento estricto, en vísperas de las fiestas navideñas, porque una nueva variante del virus circulaba mucho más rápido.
“Será muy difícil tenerla bajo control hasta que hayamos distribuido la vacuna”, indicó Hancock.
Parece que los científicos descubrieron esta variante en un paciente en septiembre. Susan Hopkins, de Salud Pública de Inglaterra (PHE), dijo a Sky News que la agencia avisó al gobierno el viernes, después de que los estudios revelaran la gravedad de la nueva cepa. La científica confirmó los datos facilitados a Johnson, que establecen que esta variante podría ser 70% más contagiosa.
Europa es actualmente la región del mundo más enlutada por el covid-19, con más de 514.000 muertos desde el inicio de la pandemia hace casi un año.
Para evitar que el virus se propague todavía más durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo, varios países reforzaron las restricciones. En Holanda entró en vigor un confinamiento de cinco semanas, con el cierre de escuelas y comercios no esenciales hasta mediados de enero. Italia, uno de los países más golpeados con más de 68.400 decesos y casi dos millones de contagios, impuso nuevas medidas entre el 21 de diciembre y el 6 de enero: sólo se permitirá un salida diaria por hogar, no se podrá viajar entre regiones y bares, restaurantes y tiendas no esenciales estarán cerrados.
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