El gigante chino del comercio electrónico Alibaba desarrolló un programa de reconocimiento facial capaz de identificar a los uigures, una minoría musulmana perseguida por el régimen comunista en la región de Xinjiang, en el noroeste de China, según reveló este miércoles The New York Times.
Las autoridades chinas llevan aplicando desde hace años una política de máxima seguridad en esta región, citando actos esporádicos de terrorismo como justificación para una dura represión que comenzó en 2015 y que generó la condena de Estados Unidos y otras naciones occidentales. Los académicos estiman que más de un millón de uigures han sido detenidos en campos de reeducación, con varias denuncias de tortura. El gobierno de Estados Unidos ha prohibido la importación de ciertos productos de China sobre la base de que podrían haber sido fabricados mediante trabajo forzoso en Xinjiang.
Según The New York Times, un sitio web de Alibaba para su negocio de computación en la nube explicaba cómo usar un software de reconocimiento facial para detectar uigures u otras minorías étnicas en fotos y videos. La función se incorporó al software de Alibaba que ayuda a las plataformas a monitorear el contenido digital en busca de material relacionado con el terrorismo, la pornografía y otras categorías de alerta.
Los textos en cuestión fueron eliminados por el grupo chino pero fueron consultados por el gabinete de investigación estadounidense IPVM, que los remitió al diario, dijo el periódico.
Alibaba dijo que la función de reconocimiento facial solo se utilizó a modo de prueba. No obstante, la compañía editó su sitio web para eliminar las referencias a los uigures y las minorías.
La compañía Alibaba, líder del comercio en línea y fundada por Jack Ma, uno de los hombres más ricos de China, se ha diversificado en los últimos años en sectores como la computación en la nube, los supermercados y el cine. Las revelaciones podrían ser un golpe para la credibilidad de la empresa, cuya acciones cotizan en la Bolsa de Valores de Nueva York y son propiedad de importantes inversores internacionales.
El antecedente de Huawei
En los últimos años se ha intensificado la vigilancia en Xinjiang, con controles de identidad, pórticos en las entradas de los edificios, cámaras de reconocimiento facial, confiscación de pasaportes, recogida de muestras de ADN y controles policiales en las carreteras.
En especial, la tecnología de reconocimiento facial ha ganado en los últimos años un papel cada vez más importante entre los departamentos de policía de China, dicen activistas de derechos humanos.
La semana pasada, la compañía china de teléfonos y telecomunicaciones Huawei también fue acusada por la empresa IPVM de probar un poderoso software para reconocer a los uigures.
La empresa de telecomunicaciones, en la mira de varios países occidentales por sus vínculos con el régimen chino, trabajó con la empresa de reconocimiento facial Megvii para probar un sistema de cámaras de inteligencia artificial que podía escanear rostros en una multitud y estime la edad, el sexo y la etnia de cada persona.
Si el sistema detectaba el rostro de un miembro del grupo minoritario musulmán -según el informe de la prueba- podría activar una “alarma uigur”, lo que podría marcarlos para la policía en China. El documento, que fue eliminado del sitio web de la empresa, arrojó nueva luz sobre cómo Huawei, el mayor fabricante mundial de equipos de telecomunicaciones, también ha contribuido a su desarrollo, proporcionando los servidores, cámaras, infraestructura de computación en la nube y otras herramientas que sustentan el poder tecnológico de los sistemas.
La empresa negó estas acusaciones, que llevaron al futbolista francés del Barcelona Antoine Griezmann a romper su contrato de patrocinio.
Ahora, Alibaba parece haber adoptado un sistema similar, en una nueva muestra de cómo el régimen chino utiliza a sus empresas más importantes para sus fines políticos y la represión de la población.
Por eso, la administración Trump comenzó a mirar a las empresas de tecnología chinas con una creciente sospecha.
El año pasado, el gobierno estadounidense agregó a 28 entidades chinas, incluidos fabricantes de equipos de vigilancia y nuevas empresas de inteligencia artificial, a una lista negra comercial por preocupaciones sobre su papel en la represión contra los uigures. El mes pasado, la Casa Blanca prohibió a los estadounidenses invertir en una lista de empresas vinculadas con el ejército chino, un paso para cortar el acceso de las empresas chinas a los mercados de capital estadounidenses.
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