Una unidad clandestina del FSB estuvo implicada en el envenenamiento de Alexei Navalni: Bellingcat

La operación aparentemente comenzó después de que anunció sus planes para oponerse a Vladimir Putin en las elecciones presidenciales

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 EFE/EPA/YURI KOCHETKOV/Archivo
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Una unidad clandestina especializada en sustancias tóxicas del Servicio de Seguridad Federal de Rusia (FSB) estuvo directamente implicada en el envenenamiento del dirigente opositor ruso Alexei Navalni, según una investigación realizada por el portal especializado Bellingcat en colaboración con The Insider, la revista alemana ‘Der Spiegel’ y la cadena estadounidense CNN.

Citando “voluminosos” datos de telecomunicaciones y viajes, Bellingcat informó que el escuadrón había rastreado en secreto a Navalny desde 2017. La operación aparentemente comenzó después de que anunció sus planes para oponerse a Vladimir Putin en las elecciones presidenciales.

Según ha explicado Bellingcat, durante todo el año 2017, en 2019 y en 2020, agentes de la unidad secreta del FSB han estado siguiendo a Navalni en sus desplazamientos por territorio ruso, llegando a tomar 30 “vuelos solapados a los mismos destinos” que el dirigente opositor ruso. Es posible que hayan intentado envenenarlo por primera vez en julio de este año, cuando Navalny viajó a Kaliningrado con su esposa.

ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO
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Durante el viaje, Yulia, su mujer, se sintió mal repentinamente. Tuvo que sentarse en un café junto a la playa y arreglarselas para regresar con dificultad a su hotel. “Me sentí más enferma de lo que me había sentido nunca en mi vida”, recordó. A la mañana siguiente se había recuperado.

Un mes después, Navalny voló a Siberia como parte de su campaña para lograr que los votantes respaldaran a los candidatos anti-Kremlin en las elecciones. Sin embargo, se derrumbó en un vuelo de Tomsk a Moscú. El avión realizó un aterrizaje de emergencia en Omsk, donde Navalny fue atendido en el hospital antes de ser trasladado a Alemania.

Los médicos alemanes confirmaron que Navalny había sido envenenado con novichok, un poderoso químico desarrollado por científicos de la ex unión soviética en caso de un ataque por parte de las fuerzas occidentales de la OTAN. Desde entonces, varios países occidentales reclamaron a Rusia una investigación del caso.

El mismo Navalny ha acusado en reiteradas ocasiones a Putin de estar “detrás” de su envenenamiento. “Mi versión es que esto lo hicieron agentes de Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB, antiguo KGB) o del espionaje exterior por instrucción directa de Putin sin duda”, recalcó.

ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO
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También sostuvo que el envenenamiento pudo tener algo que ver con las elecciones a la Duma (Cámara Baja) que tendrán lugar próximo año. “Todo indica que Putin está poseído por la idea de los envenenamientos secretos”, sostuvo Navalny, quien fue envenenado mientras hacía campaña a favor de candidatos opositores que se presentarían en elecciones regionales al oeste del país.

La investigación conjunta sobre el envenenamiento de Navalni identifica a tres agentes de la unidad clandestina que viajaron siguiendo al opositor ruso hasta la localidad de Novosibirsk y, desde allí, hasta Tomsk, donde fue envenenado.

Los miembros de la unidad se comunicaron entre sí todo el viaje. Hubo picos repentinos de actividad poco antes del envenenamiento, cuando Navalny salió de su hotel temprano en la mañana, hora de Moscú, y se dirigió al aeropuerto de Tomsk.

Bellingcat ha señalado que los agentes que viajaron siguiendo a Navalni hasta Siberia fueron Alexei Alexandrov e Ivan Osipov --los dos médicos-- y Vladimir Paniaev. Estos tres agentes tenían el apoyo y estaban supervisados por “al menos” otros cinco agentes del FSB, algunos de los cuales viajaron a Omsk, donde se encuentra el hospital ruso en el que el opositor quedó ingresado en coma tras sufrir un colapso en pleno vuelo desde Tomsk con destino a Moscú el 20 de agosto.

Citando registros de telecomunicaciones y viajes, Bellingcat dijo que creía que el envenenamiento de agosto había sido aprobado “en los escalones más altos del Kremlin”. Sugirió que Rusia operaba un programa de asesinatos interno, utilizado contra Navalny y otras posibles víctimas.

En 2016, una investigación pública concluyó que Putin y el entonces director del FSB habían aprobado “probablemente” el asesinato por polonio del disidente ruso Alexander Litvinenko, quien murió después de ingerir té radiactivo, entregado en Londres por dos agentes del FSB.

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