Una rara serpiente iridiscente fue descubierta en Vietnam por investigadores del estadounidense Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian y del Instituto de Ecología y Recursos Biológicos de la Academia de Ciencia y Tecnología de Vietnam.
El reptil es parte de un género raro de serpientes excavadoras que se ramificaron del árbol evolutivo antes que la mayoría de los otros grupos. Por esa razón se ven y se comportan de una manera diferente a otras serpientes haciéndolas unas candidatas perfectas para que con su estudio los científicos aprendan cómo se produjo la evolución de estos animales.
El hallazgo fue publicado a principios de diciembre en la revista Copeia y fue descubierto en la provincia de Ha Giang, una región boscosa de Vietnam que es rica en biodiversidad y en especies endémicas que no pueden encontrarse en ninguna otra parte del mundo.
La nueva especie de serpiente fue nombrada como Achalinus zogorum en honor al curador retirado de reptiles y anfibios del Smithsonian George Zug y a su esposa Patricia Zug, quienes por años desarrollaron trabajo de campo en la región y fueron mentores de los investigadores que hicieron el descubrimiento.
Los investigadores adelantaban exploraciones en la zona de los bosques kárstico, al norte de Vietnam, desde el verano de 2019, como parte de un macroproyecto de la Red Mundial de Biodiversidad del Genoma, que pretende secuenciar el ADN de tantas especies como sea posible en los próximos años.
El grupo estuvo liderado por Aryeh Miller, investigador del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian y estudiante de posgrado en la Universidad de Washington en St. Louis y Truong Nguyen, subdirector del Instituto de Ecología y Recursos Biológicos de la Academia de Ciencia y Tecnología de Vietnam; quienes se conocieron desde la universidad y juntos emprendieron la misión de explorar las selvas de Vietnam para entender mejor la evolución de los anfibios y reptiles.
Por meses estuvieron vadeando arroyos, caminando a través de la jungla, y registrando información sobre varias ranas y serpientes que encontraban en el camino. Pero una noche una extraña serpiente llamó su atención, era de un color oscuro pero en sus escamas pequeñas con forma de estrías (quillas) reflejaba una luz iridiscente.
De inmediato supieron que estaban ante una especie nunca antes descubierta.
“Fue un momento realmente emocionante. El espécimen se ve muy diferente. Tan diferente, de hecho, que no supimos de inmediato qué era”, dijo Miller en un artículo publicado en la Smithsonian Magazine.
Tal era la extrañeza de la serpiente que al principio no encontraban como clasificarla pero analizándola con detenimiento los investigadores determinaron que su género era Achalinus, en el cual se enmarcan las “serpientes de escamas extrañas” y que no es muy común de encontrar.
El espécimen, explican los investigadores, tiene escamas bastante pequeñas, tanto que la piel se encuentra expuesta entre ellas.
Todavía no se sabe mucho sobre el comportamiento de la serpiente o sus hábitos alimenticios o de reproducción, pero a juzgar por el patrón extraño de sus escamas, su coloración oscura, lo iridiscente de su cuerpo y la ausencia de foto receptores de luz brillante en sus ojos, los expertos sugieren que se esconde bajo tierra o debajo de las hojas, un estilo de vida subterráneo que hace que las serpientes sean difíciles de encontrar, lo que explicaría que hasta ahora no hubiera sido descubierta.
“En 22 años de estudiar reptiles en Vietnam, solo he recolectado seis serpientes de escamas impares. Este es uno de los grupos de reptiles menos estudiados”, dijo por su parte Nguyen.
El espécimen de Achalinus zugorum fue llevado al Smithsonian para tomarle muestras y secuenciar su ADN para agregarlo al biodepósito del museo. Dentro de poco lo devolverá a Vietnam para ser catalogado.
Tanto Nguyen como Miller afirmaron que esperan que el descubrimiento no solo motive a que se continúe explorando e investigando las especies endémicas de Vietnam, sino que sirva como motivación para la conservación y protección de la biodiversidad de los ecosistemas kársticos, los cuales están amenazados por la creciente explotación de canteras, la rápida deforestación y la sobreexplotación de especies.
Advierten que estos fenómenos avanzan tan rápido que los investigadores no tienen cómo mantener el ritmo, haciendo que especies únicas de esta región desaparezcan antes de si quiera alcanzar a ser descritas.
Seguir leyendo: