China anunció que tomará represalias “enérgicas y decididas” contra Estados Unidos por sancionar a 14 miembros de la Asamblea Nacional Popular (ANP) que, según Washington, participaron en la destitución de cuatro parlamentarios de la oposición en la ciudad autónoma de Hong Kong.
“Las sanciones exponen las siniestras intenciones de EE. UU. de interferir en los asuntos internos de China, desestabilizar a Hong Kong y obstaculizar la estabilidad y el desarrollo del país”, afirmó este martes en conferencia de prensa la portavoz jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Hua Chunying, citada por la prensa local.
Hua instó a Estados Unidos a que se retracte y anunció que China tomará “contramedidas decididas y enérgicas”, sin dar más detalles.
Los 14 sancionados por Washington son vicepresidentes del Comité Permanente de la ANP, órgano que diseñó la polémica Ley de Seguridad Nacional que Pekín impuso a Hong Kong el pasado mes de junio, indicó ayer el Departamento de Estado estadounidense en un comunicado.
Con estas sanciones, el gobierno de Donald Trump busca congelar todos los bienes que puedan tener en suelo norteamericano esos 14 individuos y se les prohíbe hacer transacciones financieras con cualquier ciudadano estadounidense; lo que en teoría les dificulta el acceso al sistema financiero internacional, basado en el dólar.
Además, ellos y sus familiares no podrán viajar a Estados Unidos, que les restringirá el acceso a visados.
Según Hua, es “hipócrita que los políticos estadounidenses estén mostrando tanta preocupación por los asuntos Hong Kong” en un momento en que el país norteamericano está sufriendo “un grave empeoramiento de la situación por la pandemia de la COVID-19”.
El 11 de noviembre, cuatro diputados opositores hongkoneses fueron destituidos después de que el comité de la ANP aprobase una resolución que permitía que el Gobierno de la excolonia británica los despojara de sus cargos si consideraban que promueven la independencia de Hong Kong o que apoyan la intervención extranjera en sus asuntos.
Poco después, los 15 parlamentarios restantes de la oposición renunciaron a sus cargos.
La Ley de Seguridad Nacional, rechazada por Estados Unidos y buena parte de la comunidad internacional, tenía como teórico objetivo desactivar la mayor crisis recientemente vivida en la urbe tras la oleada de protestas de 2019 que, en numerosas ocasiones, terminaron en incidentes violentos entre la Policía y manifestantes radicales.
Esta controvertida ley contempla penas de hasta cadena perpetua para casos como la secesión o confabulación con fuerzas extranjeras.
No obstante, desde entonces se han sucedido numerosas redadas policiales y detenciones de activistas, por lo que algunos de ellos han optado por exiliarse.
Las sanciones estadounidenses se producen en un momento en que su presidente saliente, Donald Trump, intenta mantener la presión sobre China en las últimas semanas de su mandato, que terminará el 20 de enero cuando asuma el poder el demócrata Joe Biden.
Con información de EFE
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