Beijing ha pasado años transformando islas y arrecifes ubicadas en el Mar de China Meridional en bases militares y pistas de aterrizaje, pero ese territorio podría ser vulnerable a ataques y casi indefendible en caso de una guerra, advirtió un nuevo informe dado a conocer por la cadena CNN.
Las bases están “solitarias en el mar distante” y lejos tanto del continente chino como de las otras islas que se encuentran en las vastas aguas en disputa y que abarcan unos 3,3 millones de kilómetros cuadrados, afirmó el reporte producido por Naval and Merchant Ships, una revista basada en Beijing y publicada por China State Shipbuilding Corporation, que abastece al Ejército Popular de Liberación.
“Las islas y los arrecifes del Mar de China Meridional tienen ventajas únicas para salvaguardar la soberanía nacional y mantener una presencia militar en mar abierto, pero tienen debilidades naturales con respecto a su propia defensa militar”, agrega el documento.
China reclama casi todo el Mar Meridional y desde el 2014 ha construido islas artificiales fuertemente fortificadas con misiles, pistas de aterrizaje y sistemas de armas, lo que provocó protestas de otras naciones. Al menos seis gobiernos tienen reclamos territoriales superpuestos en la vía fluvial en disputa: Filipinas, Vietnam, Malasia, Indonesia, Brunei y Taiwán.
Estados Unidos, que considera ilegales los reclamos de China, ha respondido navegando con sus barcos de guerra cerca de las islas artificiales reclamadas u ocupadas por Beijing, en lo que llama operaciones de libertad de navegación. Washington y sus aliados dicen que tales patrullas hacen cumplir el derecho de paso libre en aguas internacionales, mientras que China argumenta que son violaciones a su soberanía.
Según el derecho internacional, quienquiera que sea propietario de la disputada cadena de islas en el mar tendrá los derechos sobre todos los recursos en sus aguas cercanas, entre ellos pescado, petróleo y gas. En términos más generales, quien controle este mar también tendrá el poder sobre una de las rutas comerciales más valiosas del mundo: alberga un tercio de todo el comercio mundial.
Pero mientras que las bases distantes amplían el control de Beijing sobre el área, también están lejos de cualquier ayuda que necesitaran recibir en caso de una acción militar. Naval and Merchant Ships dio el ejemplo de Fiery Cross Reef, que se encuentra a 1.000 kilómetros de Sanya, una ciudad en la isla de Hainan, justo al lado de la costa sur de China, y a 800 kilómetros de las islas Paracel, también controladas por Beijing.
“Incluso si la flota de apoyo se apresura a la mayor velocidad, tomará más de un día alcanzarla”, señaló el informe.
Si bien algunas islas están equipadas con pistas de aterrizaje, la cobertura a través del mar es limitada, y la mayoría de los aviones de combate que podrían desplegarse tendrían dificultades para llegar a otra isla lo suficientemente rápido como para ser efectivos, gastando la mayor parte de su combustible volando las largas distancias entre bases.
Beijing tiene actualmente dos portaaviones en funcionamiento, que en teoría podrían desplegarse en el Mar de China Meridional, pero también tendrían que estar dentro del alcance en el momento de cualquier incidente.
Las bases, agregó el informe, son altamente vulnerables a las emboscadas, dadas sus ubicaciones remotas, y podrían ser atacadas por sistemas de misiles de largo alcance tanto estadounidenses como japoneses, o por fuerzas navales en la región. E incluso si las islas mismas no fueran atacadas, serían fáciles de bloquear, privando a las fuerzas de sus suministros.
“Los refugios de las islas carecen de vegetación, roca natural y suelo , y la altitud es baja, mientras que el nivel del agua subterránea es alto. El personal y los recursos no pueden almacenarse bajo tierra durante mucho tiempo”, dice el informe, y agrega que cualquier refugio construido en las bases tendrían capacidades anti-ataques “muy limitadas”.
También hay otros problemas que hacen que la defensa de las islas sea excepcionalmente difícil, dijo Malcolm Davis, analista senior en estrategia y capacidad de defensa en el Instituto Australiano de Política Estratégica.
“Las duras condiciones ambientales en el Mar del Sur de China , la corrosión del agua salada, el mal tiempo, hacen que sea casi imposible desplegar algo en las islas de una manera que les permita defender estas bases”, dijo, y agregó que el enormemente costoso uso de los aviones se convertiría en inservible “en el término de una semana más o menos en estas islas”.
Dijo que si bien algunas islas pueden ser eficaces como plataformas de tiro, estarían entre los primeros objetivos si ocurriera un conflicto en el Mar de China Meridional, y es “simplemente físicamente imposible construir una isla que sea esencialmente defendible”, dado el tipo de arrecifes y bancos de arena originarios del lugar.
" Lo que los chinos están tratando de hacer es anexar un espacio marítimo internacional, controlar y poseer las aguas internacionales, y para eso necesitan tener una presencia permanente allí”, dijo Davis. “Pero se está volviendo evidente que si bien pueden haber sido suficientes para hacer el reclamo territorial, en realidad no son un paso práctico a largo plazo porque en realidad no pueden defender esas bases”, agregó.
Por supuesto, Beijing puede confiar en el hecho de que cualquier ataque contra una base en el Mar de China Meridional, incluso un puesto de avanzada considerado ilegal según el derecho internacional, sería equivalente a un acto de guerra contra una potencia nuclear con vastos recursos militares. La amenaza de represalias puede ser suficiente para evitar que las bases de la isla enfrenten cualquier ataque.
China tampoco sería el único país con bases vulnerables lejos de su territorio continental que podrían ser eliminadas por ataques tempranos. La isla estadounidense de Guam y la isla japonesa de Okinawa, donde hay importantes bases aéreas estadounidenses, están al alcance de un ataque con misiles chinos, algo que Beijing le ha recordado a Washington en el pasado.
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