La empresa estadounidense Pfizer y su socia alemana BioNtech han anunciado una reducción de sus objetivos de entrega de la vacuna contra el coronavirus. En lugar de las 100 millones de dosis prometidas por sus autoridades, sólo 50 millones se distribuirán antes de fin de año en todo el mundo.
Según el diario estadounidense “The Wall Street Journal”, el embudo en la entrega de la candidata se origina en los faltantes de suministros en su cadena de producción.
¿Qué significa esta reducción en la urgencia por obtener una respuesta eficaz para detener al Covid 19? La prensa mundial busca la respuesta de la farmacéutica, tras una promesa que algunos expertos califican como “confusa”.
Algo poco divulgado, además de las carencias en las materias primas, es que los resultados de un estudio clínico para permitir su producción “no estuvieron disponibles en tiempo”, destaca esta mañana el diario Bild de Alemania.
Teniendo en cuenta que la tecnología de la vacuna proviene del laboratorio alemán BioNtech, con instalaciones en Mainz, los expertos de ese país, como el director de la Asociación Nacional de Médicos de Seguros de Salud (KBV), Andreas Gassen, reconocen la importancia del suministro frente a la demanda para lograr una campaña eficaz de vacunación. Para el experto, el factor decisivo será saber “qué vacuna utilizaremos y en qué en cantidad”
Con la noticia, no está claro qué significa el alcance de este percance para la lucha contra la pandemia en los próximos meses, al menos hasta que se aclare si altera los planes de producción para el 2021. La primera decisión concreta llegó desde el Reino Unido, que retiró a los empleados de su servicio de salud de la lista de personas con prioridad para recibir la vacuna.
¿Qué faltantes retrasan la producción?
Pfizer obtiene sus materias primas de proveedores ubicados en EE.UU. y Europa. Si bien el gigante de medicamentos no dio detalles sobre los faltantes, fue precisamente en los fabricantes de suministros estadounidenses y europeos donde habría problemas luego por el exigente aumento requerido en la producción.
Las empresas farmacéuticas acostumbran a condicionar los pedidos a las autorizaciones de sus desarrollos antes de solicitar materias primas, establecer estrategias de producción y cadenas de suministro para remitir luego una vacuna.
Las sustancias de proveedores farmacéuticos, en particular para vacunas de este tipo, suelen ser antivirales, fluidos antisépticos, agua esterilizada, envases y elementos del ADN del propio virus. Este ADN viral no causa síntomas graves, pero sí hace que el sistema inmunológico produzca anticuerpos.
“En este caso, todo sucedió al mismo tiempo”, sostuvo un experto consultado por la prensa europea, y que conoce el desarrollo de Pfizer. “Comenzamos a construir la cadena de suministro en marzo, mientras aún se estaba desarrollando la vacuna. Nunca se había hecho antes“.
A la confusión por la novedad, que presionó rápidamente las acciones de Pfizer, hay que recordar que los laboratorios involucrados no tienen antecedentes en la producción de una vacuna con tecnología ARNm.
Golpeados por el anuncio, las acciones de la estadounidense cayeron casi un 2,4 por ciento poco antes del cierre de las operaciones en Wall Street, pero luego subieron a menos 1,74 por ciento.
Más allá de las complicaciones, la compañía mantiene su objetivo de enviar más de mil millones de dosis en todo el mundo en 2021.
En el Reino Unido, la vacuna Pfizer Biontech ya ha recibido autorización de emergencia, y de acuerdo a fuentes británicas, ya se estaría distribuyendo para comenzar el martes próximo su aplicación.
Un vocero de BioNtech, consultado por el alemán Bild, confirmó la existencia de “latas listas para su entrega en el Reino Unido y otros países. Según las previsiones actuales, aún suponemos que podremos proporcionar 50 millones de latas en 2020 y producir hasta 1.300 millones de latas en 2021″.
Agregó además: ”También estamos examinando otras posibilidades para aumentar las capacidades de producción más allá de los 1.300 millones en el próximo año”.
Mientras tanto, se aguarda la aprobación en la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). La Unión Europea ha ordenado 200 millones de dosis de vacunas con opción a otros 100 millones. La vacuna también espera el visto bueno de la FDA de Estados Unidos, para comenzar su utilización a mediados de diciembre.
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