Un ex luchador de MMA inglés fue condenado a cadena perpetua por el asesinato de su ex novia, en lo que la corte definió como un ataque “prolongando” y “despiadado”.
Andrew Wadsworth, de 37 años, también enfrenta otra condena por el intento de homicidio de un vecino minutos después de matar a Melissa Belshaw. En tanto, fue declarado inocente por cargos de amenaza de muerte a la hija de 13 años de su ex pareja.
Para el momento del brutal asesinato, que tuvo lugar en mayo del 2020, Wadsworth llevaba dos meses fuera de la cárcel, con un permiso especial.
La noche antes del asesinato había estuvo deambulando afuera de su casa, armado con dos cuchillos que guardaba en una bolsa Gucci y en estado de “hipervigilancia”. En un momento dado irrumpió en la casa y destrozó la propiedad.
Al día siguiente, consumido por los celos y una obsesión con la vida sexual de su expareja, Wadsworth acudió a su casa en medio de un ataque de ira bajo los efectos de la cocaína y el alcohol. Allí apuñaló repetidas veces a Belshaw en su habitación, dejándola desangrada sobre las sábanas de la cama y ante la mirada impávida de su pequeña niña de 13 años.
La niña fue rescatada valientemente por un transeúnte, Kevin Moores, quien destruyó una ventana la casa con un martillo y sacó de allí a la menor. Pero Wadsworth salió a la calle armado con el cuchillo y apuñaló a otro vecino, Gerard Bristow, que había escuchado los gritos que salían de la propiedad.
Wadsworth luego se enfrentó con un policía que acudió a la escena, propinándole una ‘patada circular’ en la cabeza y luego, ya en la celda de la estación, golpeó en la cara a otro agente.
Durante el juicio, Wadsworth, quien tuvo una breve carrera en la MMA, aceptó haber apuñalado a Belshaw, pero alegó en una defensa parcial que lo hizo tras perder el control por enterarse de una serie de revelaciones impactantes sobre la vida sexual de su expareja.
“En el juicio, usted pintó una imagen muy negativa de la Sra. Belshaw cuando se dispuso a quitarse la responsabilidad y culparla por lo que sucedió. Algunas de las cosas que afirmó eran demostrablemente falsas”, le dijo la jueza Yip al acusado cuando le leyó su sentencia.
Para la jueza, el asesinato fue “más allá de todo lo que estaba justificado”, acusando al exluchador no solo de haber degradado en vida a su pareja sino en la muerte.
“Es posible que haya cometido algunos errores en su vida, pero en el momento de su muerte estaba persiguiendo su sueño de tener su propio salón de belleza. Todavía era muy joven y estaba buscando cambiar su vida. Lamentablemente, cometió un error fatal en involucrarse contigo y le quitaste el futuro”, agregó la jueza.
Wadsworth acusó repetidamente durante el juicio a Belshaw de haberlo engañado, mostrando mensajes de texto donde discutía con su pareja. La señaló de prostituta e incluso de haber tenido sexo con miembros de la familia del luchador.
Wadsworth dijo también que la mujer le había confesado que tenía un “sugar daddy” -un hombre mayor que la mantenía- que vivía en Liverpool y le daba dinero.
Todas estas versiones fueron desestimadas por el jurado y por la corte, que las calificaron como una manera de quitarse responsabilidad por el asesinato.
Wadsworth había sido condenado a cinco años por dos delitos de robo con arma de fuego de intimidación, y tenía otra sentencia a 10 años por robo agravado y causar lesiones corporales graves con intención.
En marzo de 2018 comenzó su relación con Belshaw, la cual fue definida por los fiscales como “volátil y dependiente de la bebida, las drogas y el sexo”.
En enero de 2019 fue recluido nuevamente después de una prueba positiva de cocaína pero fue liberado con licencia nuevamente el 4 de marzo de este año.
A Wadsworth lo mandaron a vivir en un albergue aprobado pero finalmente le permitieron mudarse a la dirección de su madre 15 días después debido a la pandemia.
En ese tiempo seguiría manteniendo contacto con Belshaw, con quien cada vez estaba más obsesionado.
Ahora deberá enfrentar una vida en prisión por sus crímenes.
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