Un hospital ruso aseguró que recibió el primer lote de vacunas contra el COVID-19 producidas en el país (conocida como Sputnik-V) e indica en su sitio web que todos aquellos que quieran inocularse pueden inscribirse para hacerlo allí.
Se trata del hospital de Domodedovo, una ciudad ubicada al sur de Moscú, y cuyo médico jefe, Andrei Osipov, aseguró al canal de televisión “360″ que 100 empleados del centro sanitario ya han recibido la vacuna, según recogió la agencia estatal TASS.
Osipov indicó a su vez que el hospital podrá suministrar hasta 50 vacunas por día y que, en paralelo, médicos se valdrán de congeladores móviles para llevarla a quienes tengan obstáculos motrices. “Junto a la administración de la ciudad hicimos listas para organizar la vacunación de distintos grupos”, dijo Osipov.
El sitio web del hospital Domodedovo no especifica cuando comenzará a inocular al público en general -”la vacunación para los residentes del distrito urbano empieza”, reza- pero explica que quienes deseen hacerlo deberán agendar un turno y concurrir con un test de COVID-19 negativo y distintos documentos personales.
La habilitación de las inscripciones para el público ruso general tiene lugar menos de una semana después de que el Instituto Gamaleya, fabricante de la vacuna, informara que la primera dosis mostró una eficacia de hasta el 95 por ciento 42 días luego de ser suministrada.
En un anuncio realiazdo en conjunto con el Fondo de Inversiones Directas de Rusia (FIDR), la institución sanitaria explicó que su segundo análisis preliminar mostró que la eficacia después de 28 días es del 91,4 por ciento. La cifra fue determinada en base a los resultados de 18.000 voluntarios, entre quienes se detectaron 39 casos de la enfermedad.
De ellos, 31 pertenecían al grupo que recibió al placebo. Sin embargo, la distribución fue distinta porque el 75% de los participantes recibió la vacuna (y no una repartición de 50-50, como es más habitual en los estudios clínicos).
El reporte también indica que no se ha detectado hasta el momento efectos adversos inesperados entre los voluntarios. Hay 21 días de plazo entre las aplicaciones de la primera y la segunda dosis.
Semanas atrás, los responsables rusos habían informado de una eficacia del 92%, en base a 20 casos confirmados. La próxima publicación se realizará cuando se alcancen 78 infecciones entre los participantes, y el reporte final se hará al culminar la fase 3.
De todas formas, la cifra de positivos en el estudio usada para calcular la eficacia es más baja que la presentada por sus competidores: Moderna publicó sus cifras preliminares con 95 infecciones (94,5%), Oxford/Astrazeneca con 130 (hasta 90%) y Pfizer con 170 (95%).
Las autoridades rusas fueron criticadas por su opacidad, considerando que anunciaron sus primeros resultados luego de registrar 20 casos de COVID-19 entre los voluntarios, en contraste con cifras más altas reportadas por otras farmacéuticas. Pero según explicó la publicación especializada Science, los últimos resultados generaron un cambio de tono entre expertos de la comunidad internacional. “Creo que los números son significativos y le dan credibilidad a sus palabras”, le dijo al medio Ian Jones, virólogo de la universidad británica de Reading.
La singularidad de la vacuna rusa radica en el uso que hace de dos vectores diferentes basados en el adenovirus humano, lo que permite una respuesta inmune más fuerte y duradera en comparación con aquellas vacunas que utilizan el mismo vector para las dos inyecciones.
Los “vectores” son vehículos que pueden introducir material genético de otro virus en una célula. El gen del adenovirus, que es el causante de la infección, se sustrae y en su lugar se inserta un gen con el código de la proteína de otro virus. El elemento insertado es seguro para el organismo y ayuda al sistema inmunológico a reaccionar y producir anticuerpos que protegen al organismo de la infección.
Además, la fórmula puede distribuirse en forma liofilizada (seca), lo que requiere una refrigeración común, entre 2 y 8°C. Esa es una ventaja compartida con la fórmula de Oxford/Astrazeneca, mientras que las candidatas de Pfizer y Moderna, por su tipo de desarrollo, requieren una supercongelación que dificulta la logística. No obstante, la primera tanda de Sputnik todavía no cuenta con esa tecnología de deshidratación (disponible para febrero) y se conservará a 18 grados bajo cero hasta enero.
En cuanto a los plazos para su distribución, los responsables rusos informaron que los clientes que ya tienen un acuerdo podrán recibirla en enero, mientras que aquellos que todavía están en negociaciones podrían esperar las primeras tandas para marzo.
Rusia cobrará menos que sus competidores por su vacuna contra el COVID-19 Sputnik V, ya que Moscú apunta a producir más de 1.000 millones de dosis en el país y en el extranjero el próximo año, aseguró Kirill Dmitriev, director del Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF). Según la página oficial, costará “menos de 10 dólares por dosis”.
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