Mientras en Tailandia el movimiento prodemocracia se vuelve cada vez más virulento, una foto publicada en las redes sociales despertó nuevas críticas contra la monarquía, un tabú aún presente en el reino.
La imagen, difundida por el periodista escocés Andrew MacGregor Marshall, muestra a Suthida, esposa del rey Maha Vajiralongkorn, que gobierna como Rama X, durante un acto público de homenaje a los reyes. Sin embargo, la foto no se viralizó por ella, sino por una de sus escoltas...
Allí, en segundo plano, se ven las piernas de una de las integrantes del séquito, con las rodillas lastimadas y sucias. “Cuando tu trabajo requiere que pases gran parte del tiempo de rodillas”, escribió MacGregor Marshall en Twitter.
El periodista hizo referencia al hecho que en Tailandia los trabajadores del Palacio real tienen que estar siempre arrodillados ante su rey o su reina, quienes tienen estatus de semidioses.
Suthida Tidjai, la ahora reina, es una ex azafata de la aerolínea Thai Airways y ex concubina del rey, famoso por tener decenas de jóvenes amantes. Su vinculo se formalizó en 2019 en una millonaria ceremonia.
La imagen fue compartida miles de veces, aumentando el repudio hacia los privilegios de una institución que representa la unidad del país, pero que en los últimos tiempos se vio envuelta en críticas sin precedentes.
Popularidad en descenso
La popularidad del Maha Vajiralongkorn está en descenso en un país que tiene una de las legislaciones más duras del mundo respecto de lo que se puede decir sobre él o no, ya que cualquiera que “difame, insulte o amenace al rey, la reina, el heredero o el regente” puede llegar a estar penado con quince años de prisión.
Rama X, quien asumió el trono en 2016 tras la muerte de su padre, el venerado rey Bhumibol, es una figura controvertida. Maha no ha heredado la popularidad de su progenitor, que reinó durante siete decenios y al que gran parte de los tailandeses reverenciaba como el padre de la nación y como una figura prácticamente semidivina.
Desde este verano el país está convulsionado por multitudinarias protestas estudiantiles que exigen la dimisión del primer ministro, un general llevado al poder por un golpe de Estado en 2014, y una revisión de la Constitución, que se considera demasiado favorable al ejército, y se atreven a reclamar una reforma de la poderosa y riquísima monarquía, un tema tabú en el país hasta no hace mucho.
La semana pasada, tras violentos enfrentamientos entre policía y manifestantes que se saldaron con varios heridos por balas, el Parlamento votó por sobre cuáles proyectos de enmiendas constitucionales acepta examinar. Impugnó el que abriría la posibilidad de una reforma de la monarquía, aceptando solamente establecer una Asamblea constituyente.
El movimiento pro-democracia afirma que quiere modernizar la institución, pero en ningún caso abolirla.
Ante las protestas, durante algunas semanas, Maha Vajiralongkorn no ha abandonado el reino y hasta ha llegado a declarar su “amor” por todos los tailandeses y tailandesas.
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