El Reino Unido podría relajar las actuales medidas de confinamiento contra la pandemia de COVID-19 para permitir que las familias se reúnan en Navidad, ante las señales de que los nuevos casos de coronavirus empiezan a bajar como resultado de las restricciones impuestas, expresó este viernes el secretario de Salud, Matt Hancock.
Reino Unido ostenta la cifra oficial de muertes por COVID-19 más alta de Europa y el primer ministro del país, Boris Johnson, ha decretado algunas de las medidas más severas de su historia en tiempos de paz, en un intento por frenar la propagación del virus.
Hancock aseguró que trabaja con las administraciones delegadas de Escocia, Gales e Irlanda del Norte para tener un enfoque conjunto en el Reino Unido de cara a la Navidad.
Inglaterra lleva dos semanas de confinamiento, algo que el ministro de Salud considera que está ayudando a aplanar el número de casos, una importante señal de que la situación empieza a moverse en la dirección correcta antes de tomar una decisión sobre la Navidad.
“Hay señales alentadoras de que el número de casos está empezando a disminuir, y que el cierre que introdujimos, a principios de este mes, está funcionando”, afirmó Hancock al canal de televisión británico Sky News.
El confinamiento en Inglaterra finaliza el 2 de diciembre, aunque el gobierno no han descartad que pueda ampliarse.
Consultado acerca de sus propios planes para la Navidad, Hancock dijo que actualmente tenía en mente una celebración pequeña respetando las normas existentes, pero que esperaba que hubiera cierta relajación, incluso aunque se mantengan algunas restricciones.
“Por supuesto que no será como una Navidad normal, tendrá que haber reglas en vigor”, manifestó. “Pero esperamos tener un poco más de esa Navidad normal por la que ansía la gente”, añadió.
Las declaraciones del responsables de la cartera de Salud se producen luego de que Johnson afirmara que le gustaría que la población se reúna en Navidad, lo que generó las críticas de los expertos en enfermedades infecciosas del Reino Unido, entre ellos Gabriel Scally, quien señaló que “no tiene sentido tener una muy feliz Navidad y luego enterrar a amigos y familiares en enero y febrero”.
“Necesitamos pensar muy seriamente en Navidad y cómo la vamos a pasar. Es muy peligroso, es una oportunidad para que el virus se propague”, advirtió el profesor Scally, experto en salud pública de la Universidad de Bristol, en una entrevista con la cadena británica ITV.
CON INFORMACIÓN DE REUTERS
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