China realizó esta semana un nuevo pedido para la compra de 121 helicópteros rusos, en una nueva muestra de la cooperación cada vez más profunda en materia militar entre las dos naciones.
En los últimos años, China aumentó de manera sensible sus gastos militares y se ha convertido en el mayor operador de helicópteros rusos en la región de Asia y el Pacífico. La cooperación comenzó en 2016, cuando Moscú y Beijing firmaron un acuerdo para el desarrollo de helicópteros civiles avanzados para el mercado chino.
Esta semana, según el informe anual de la empresa estatal rusa Rostec, China firmó un nuevo contrato por sesenta y ocho helicópteros Mi-171, incluidos los modelos actualizados Mi-171E; dieciocho helicópteros de transporte militar Mi-171Sh; y catorce helicópteros Mi-171 con motores VK-2500. Otros veintiún helicópteros Ansat también forman parte del trato. La mayor parte del pedido es para el Ejército Popular de Liberación (EPL), según informó el medio estadounidense National Interest.
El Mi-171Sh es la última versión actualizada del Mi-17, que entró en servicio en el Ejército Rojo soviético en la década de 1970 y comparable al American Bell UH-1 Iroquois (Huey) estadounidense. Esta nueva versión del helicóptero, presentada en el Salón Aeronáutico de Moscú de este año, presenta una protección mejorada y muestra capacidades de ataque mejoradas.
Originalmente diseñado para el transporte, el Mi-171Sh se puede desplegar en una variedad de misiones que incluyen el transporte aéreo de fuerzas de asalto, transporte de cargamentos, apoyo de fuego de tropas, ataque aire-tierra, escolta de columnas militares, evacuación médica y operaciones de rescate (CSAR). El helicóptero, que fue diseñado y desarrollado para operar en todas las condiciones climáticas de día o de noche, cuenta con un rotor principal de cinco palas, un rotor de cola y un tren de aterrizaje de rueda de morro de triciclo no retráctil. La cabina acristalada puede llevar a tres miembros de la tripulación, mientras que la cabina principal puede albergar hasta 36 soldados o hasta 12 heridos en camillas.
Modernización de las fuerzas armadas
En los últimos años, China ha invertido varios billones de yuanes en la modernización de sus fuerzas armadas, que pretende transformar en una fuerza de clase mundial capaz de compararse a la de los Estados Unidos y otras potencias occidentales.
En 2018, China anunció su mayor aumento de presupuesto militar en tres años, con un 8,1%, a 1,1 billones de yuanes o 175.000 millones de dólares.
Pero el crecimiento en el gasto de defensa se ha desacelerado desde entonces, y será en 2020 del 6,6%, en una desaceleración con relación al 7,5% registrado en 2019, en medio de la guerra comercial con EEUU que presionó a la economía nacional, aún más afectada por la pandemia del nuevo coronavirus.
El año pasado, el Ejército Popular de Liberación alcanzó dos hitos importantes, presentando su primer portaaviones 100% nacional y su primer misil balístico intercontinental capaz de llegar a los Estados Unidos.
China también construyó su primera base militar en el extranjero, en Djibouti, en 2017. Beijing también está diseñando una nueva generación de destructores y misiles para fortalecer su disuasión contra sus vecinos asiáticos y la Marina estadounidense, en un momento en que aumentan las disputas entre Beijing y varios sus vecinos, especialmente en el Mar de la China Meridional.
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