“Ayuda, estoy en una cárcel china”: la nota que apareció en un zapato y desató las alarmas entre los activistas de derechos humanos

Un joven ruso que compró unas zapatillas en internet halló un preocupante mensaje

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La nota hallada en una zapatilla
La nota hallada en una zapatilla

Un joven ruso que compró un par de zapatillas se llevó una gran sorpresa al descubrir en el calzado un pedido de auxilio de un presunto preso chino de la minoría uigur, que sufre fuertes persecuciones por parte del régimen de Xi Jinping.

Arslan Gibadullin, de San Petersburgo, adquirió por internet zapatillas de una reconocida marca internacional, una firma que ha estado involucrada en denuncias por sus vínculos con empresas que operan en fábricas con trabajadores uigures.

Pero cuando quiso probar su compra para estrenarlas, sintió algo en el interior. Allí encontró un papel que decía en inglés “Ayuda, estoy en una cárcel en China, por favor, ayuda a los uigures”, con alguna falta ortográfica.

El joven publicó la imagen en Instagram y un canal de Telegram, donde se viralizaron. Entrevistado por The Moscow Times, Gibadulin relató lo sucedido, aunque la prensa local no ha podido verificar la autenticidad del hallazgo.

De todas formas, las imágenes fueron difundidas con grave preocupación por parte de activistas de Derechos Humanos, teniendo en cuenta la gran cantidad de denuncias que pesan sobre el régimen chino y la industria de la moda, beneficiada con la explotación de esta minoría musulmana, teniendo en cuenta que Xinjiang es la principal zona algodonera del gigante asiático.

Uno de los campos de la polémica en Xinjiang (Reuters)
Uno de los campos de la polémica en Xinjiang (Reuters)

En marzo pasado, el Instituto Australiano de Política Estratégica reportó que más de 82 marcas líderes se estaban beneficiando del trabajo forzado de los uigures, quienes son reubicados en fábricas de todo el país a conveniencia del régimen. Inicialmente, VF (empresa madre de The North Face) estaba en dicho listado por su asociación con una fábrica de la región, pero fue retirada tras constatarse que los contratos habían cesado.

En paralelo, los expertos de la ONU y los grupos de derechos humanos acusan a las autoridades chinas de haber detenido al menos a un millón de uigures y otros musulmanes turcos en campos de detención. China sostiene que los campos son voluntarios y están destinados a combatir el extremismo religioso y la pobreza. Los críticos dicen que es una medida necesaria para prevenir el terrorismo. Los críticos dicen que Beijing está exagerando la amenaza para justificar sus acciones y comparar los centros con los campos de concentración.

Cosecha de algodón en un campo en Hami, en la región autónoma china de Xinjiang (Reuters)
Cosecha de algodón en un campo en Hami, en la región autónoma china de Xinjiang (Reuters)

Estados Unidos anunció en septiembre que bloqueará una serie de bienes chinos producidos gracias a los “trabajos forzados” en la región de Xinjiang. Ese mes, el gigante sueco de la moda H&M anunció que rompía toda relación con un productor de hilo chino debido a acusaciones de “trabajo forzado” que involucran a la minoría uigur.

(Con información de AFP)

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