Antes del coronavirus, un auge de la aviación que duró décadas generó una red de casi 50.000 rutas aéreas que atravesaban el mundo. En menos de un año, la pandemia ha borrado del mapa casi un tercio de ellas.
Los cierres de fronteras, los restricciones de movilidad nacional y el temor a contraer el covid-19 a través de otros pasajeros han paralizado los viajes comerciales. A medida que miles de conexiones nacionales e internacionales desaparecen por completo de los horarios de las aerolíneas, el mundo de repente dejó de encogerse.
La crisis está desencadenando una vasta reformulación social e industrial que tuvo lugar durante medio siglo de proliferación de viajes aéreos. En los próximos años, los viajes de negocios al extranjero y las vacaciones probablemente significarán más escalas en aeropuertos, tiempos de viaje más largos y tal vez un medio de transporte adicional. Incluso cuando se encuentre una vacuna efectiva, la realidad económica de la recuperación podría significar que algunos vuelos sin escalas habrán desaparecido para siempre.
Con las fronteras efectivamente cerradas desde Europa hasta Nueva Zelanda, la mayor parte de las rutas canceladas del mundo son inevitablemente transfronterizas. Sin embargo, miles de rutas nacionales también han sido eliminadas, lo que refleja la presión que enfrentan las aerolíneas en casa al recortar empleos y retirar aviones para encontrar una base de costo que refleje la reducción de sus operaciones.
A fines de enero, 47.756 rutas operativas atravesaban el mundo, más de la mitad en Estados Unidos, Europa occidental y el noreste de Asia, según OAG Aviation Worldwide. Para el 2 de noviembre, solo había 33.416 rutas en los horarios mundiales, según los datos.
En Hervey Bay, una pequeña ciudad turística en la costa este de Australia, los residentes lamentan haber perdido su última conexión aérea directa con Sídney, la principal puerta de entrada nacional e internacional del país. Este vuelo fue una de las ocho rutas regionales canceladas por Virgin Australia Holdings Ltd. luego de colapsar en abril bajo una deuda de 6.800 millones de dólares australianos (US$5.000 millones).
Antes del coronavirus, la industria sustentaba 65,5 millones de empleos, más de la mitad de ellos indirectamente a través del turismo, y tenía un impacto económico global de US$2,7 billones, según el informe Aviation Benefits Report de 2019, un estudio realizado por grupos de la industria, entre ellos la Organización de Aviación Civil Internacional de las Naciones Unidas.
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