Más de 17 millones de visones están siendo sacrificados en Dinamarca y arrojados en fosas comunes en medio de un desesperado intento para que una mutación del coronavirus asociada con estos animales no se propague y diluya la esperanza de vencer la enfermedad con la aplicación de una vacuna.
La nueva variante del COVID-19 se llama Cluster 5 y ha causado una alarma generalizada por que tiene el potencial, si llega a propagarse entre las poblaciones, de hacer que una eventual vacuna sea mucho menos efectiva.
A la fecha hay 13 casos identificados al norte de Dinamarca de personas contagiadas con esta variante del virus, y las autoridades están actuando lo más rápido posible para contener las infecciones y evitar que la mutación llegue a la población en general.
En medio de esta guerra contra el virus los visones quedaron como enemigos número uno. Estos pequeños animales peludos fueron identificados como portadores de la variación Cluster 5 y debido a su cantidad y cotidianidad en las granjas danesas, se convierten en propagadores naturales de ella.
La hipótesis que manejan los científicos es que el virus mutante pasó de los trabajadores de las granjas peleteras al visón en el verano antes de que se transmitiera a los humanos. Al cruzar las especies se produjo una mutación en su proteína ‘pico’, que utiliza para ingresar las células humanas.
Lo grave es que todas las vacunas candidatas para combatir el coronavirus, incluyendo la de Pfizer que acaba de anunciar resultados positivos de un 90% de efectividad contra el virus, funcionan digiriéndose a esta proteína.
Cabe destacar que todavía no está demostrado que la cepa nueva pueda obstaculizar la eficacia de las vacunas, pero la ubicación de la mutación sugiere que esta teoría es posible.
Y por eso Dinamarca está sacrificando visones a un ritmo vertiginoso. Ya lleva dos millones y planea llegar a los 17 millones, toda la población del país, lo más pronto posible.
Las imágenes de la matanza son crueles e inverosímiles. En ellas se ven retroexcavadoras cargadas con los cuerpos muertos de estos pequeños animales que los van dejando apilados en fosas comunes que según autoridades danesas están ubicadas en terrenos militares cerca de la ciudad de Holstebro, debido a que no hay suficientes incineradores para quemar todos los cadáveres.
La piel del visón es una materia prima muy cotizada en la industria de la moda y en Dinamarca, así como en otros países de la región, existen granjas que cultivan estos animales para tal fin.
Dinamarca es el mayor productor mundial de piel de visón y sus principales mercados de exportación son China y Hong Kong.
Aún la prohibición de comerciar las pieles no se ha extendido a todo el país, pues hay regiones que no están afectadas por la cepa mutada del coronavirus, pero de todas formas tienen que matar a todos los visones que tienen en sus granjas por la orden nacional de sacrificarlos.
El problema radica en que esta orden se ha emitido sin ninguna legislación que la respalde, por lo que podría enfrentar problemas para su total implementación.
En Dinamarca se han detectado un total de cinco cepas diferentes de coronavirus asociadas con mutaciones que vienen del visión y que han afectado a 214 personas desde junio. De acuerdo con el Instituto Estatal de Sueros solo uno de ellas, el Cluster 5, es menos sensible a los anticuerpos.
Los anticuerpos son proteínas que produce nuestro sistema inmunológico para combatir enfermedades y virus invasores. Ellas se adhieren a las proteínas ‘pico’ de estos invasores y las destruyen.
Las vacunas están diseñadas para ayudar a estos anticuerpos a hacer su trabajo pero si la proteína que deben atacar muta, no la pueden reconocer y el trabajo de nuestras defensas se dificulta al punto de poder llegar a ser insuficiente para contener el un nuevo contagio.
De las 13 personas identificadas con el Cluster 5, doce vienen en el norte de Jutlandia, que ha sido bloqueada, y una vive en la región vecina de Zelanda.
Se identificó que esta cepa provino de cinco granjas de visones, solo tres de ellas estaban vinculadas a cuatro personas previamente infectadas, lo que sugiere que la mutación se está propagando entre los humanos de la comunidad.
Todavía se desconoce su esta nueva cepa es más letal en los humanos pero los científicos señalan que tiene el potencial de serlo.
“El visón es, obviamente, una especie permisiva para el virus, pero en el proceso se seleccionan ciertas mutaciones, que siempre están presentes en algún nivel, ya que esa forma del virus funciona mejor en las células del visón en comparación con las humanas”, dijo el profesor Ian Jones, virólogo de la Universidad de Reading al Daily Mail.
De acuerdo con el experto las mutaciones de la proteína de pico que produjo la cepa del virus que viene del visón “podría evadir la respuesta inmune generada a las vacunas actualmente en desarrollo y formar COVID-19-2”.
“Hay muchas razones por las que esto no sucedería fácilmente, pero es una posibilidad formal que es la razón por la que se ha producido el sacrificio masivo (…)Es de esperar una deriva genética en el virus y casos como este necesitan un seguimiento, pero mi evaluación del riesgo sería que esto es actualmente solo una amenaza de bajo nivel”, agregó.
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