El presidente de Rusia, Vladimir Putin, confirmó este lunes la firma de un acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán, con intermediación de Rusia, para poner fin al conflicto bélico que comenzó en septiembre en la región de Nagorno Karabaj.
“El 9 de noviembre, el presidente de Azerbaiyán [Ilham Aliyev], el primer ministro de Armenia [Nikol] Pashinian y el presidente de la Federación de Rusia firmaron una declaración anunciando un alto el fuego total y el fin de todas las acciones militares en la zona de conflicto de Nagorno Karabaj a partir de la medianoche del 10 de noviembre, hora de Moscú”, dijo Putin, según una declaración difundida el lunes por la noche en la cadena estatal Rossiya 24.
Minutos antes Pashinián había anunciado la firma de un acuerdo “difícil” aceptado “en base a un análisis profundo de la situación militar” y “en la creencia de que esta es la mejor solución para la situación creada”. Azerbaiyán aún no se ha expresado oficialmente.
En su mensaje Putin hizo hincapié en que “se llevará a cabo un intercambio de prisioneros de guerra, otras personas detenidas y de los cuerpos de los muertos” como parte del entendimiento.
Además, fuerzas de paz rusas serán desplegadas en Nagorno Karabaj para hacer cumplir lo acordado, según indicó la agencia estatal rusa Sputnik. Estas tomarán posiciones a lo largo de la línea de contacto entre en Armenia y Azerbaiyán y en el corredor que conecta a Nagorno Karabaj con Armenia, y permanecerán en la zona en principio durante cinco años.
También, se prevé que los centros de transporte de la región serán desbloqueados progresivamente.
Nagorno Karabaj, poblado en su mayoría por armenios cristianos, se separó de Azerbaiyán, país de mayoría musulmana chiita y de habla turca, poco antes de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, dando lugar a una guerra que dejó 30.000 muertos. Como resultado la República de Artsaj fue proclamada en el lugar.
Desde entonces Azerbaiyán ha reclamado el territorio invocando el principio de integridad territorial, mientras que Armenia, que forma parte de una alianza militar con Rusia, ha dado su apoyo a Artsaj, invocando el principio de autodeterminación de los pueblos.
El 27 de septiembre Azerbaiyán, con apoyo de Turquía y mercenarios sirios y libios desplegados por Ankara, inició una guerra contra Artsaj. Estimaciones iniciales indican que la cantidad de muertos asciende a casi 1.300, pero se teme que el balance sea muy superior, especialmente debido a una serie de acusaciones contra Azerbaiyán por bombardeos indiscriminados a la población civil y crímenes de guerra contra soldados armenios.
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