Las regiones italianas de Lombardía, Piamonte, el Valle de Aosta y Calabria comienzan hoy, entre protestas, su segundo confinamiento, algo más leve que el de marzo, luego de ser consideradas en riesgo por el Gobierno en esta segunda ola de la pandemia de coronavirus.
Desde hoy, Italia se encuentra dividida en tres, con regiones amarillas, naranjas y rojas, según los indicadores de peligrosidad que maneja el Gobierno y que han desatado las críticas de todos los presidentes regionales.
Los confinamientos abarcan sólo a estas cuatro regiones y se producen después de que el país registrara este jueves 445 muertos, la cifra diaria de decesos más alta desde el 2 de mayo.
Probablemente el sábado, luego de analizar el nuevo informe semanal del Instituto Superior de Salud, otras regiones podrían cambiar sus indicadores de peligrosidad.
Según los expertos que trabajan en estrecha colaboración con el Ministerio de Salud, Campania, Veneto, Liguria y Toscana podrían pasar de zona amarilla, la que aún mantiene las restricciones más ligeras, a zona naranja.
Asimismo, continúan las protestas del presidente de la región de Lombardía, Attilio Fontana, quien acusa al Gobierno de utilizar los datos de la semana pasada y no tener en cuenta las mejoras que se han producido en estos últimos días.
Mientras que el presidente de Piamonte, Alberto Cirio, anunció que podría impugnar el decreto. “Siempre he compartido la necesidad de un endurecimiento de las medidas, tanto que en las últimas semanas yo mismo he adoptado órdenes restrictivas para los centros comerciales, he reducido la capacidad del transporte público y he introducido la educación a distancia en escuelas secundarias. Espero, sin embargo, que se aclare el método adoptado por el gobierno para decretar la división del país en zonas de riesgo”, afirmó.
Con este nuevo confinamiento blando, como se ha denominado, en las regiones consideradas rojas no abrirán las tiendas, restaurantes y bares.
Se prohíbe viajar a otras regiones y salir de los hogares salvo para ir al trabajo, llevar a los niños al colegio o por motivos urgentes o de salud.
Se mantienen abiertos los supermercados y negocios de bienes de primera necesidad, las fábricas y otras actividades como las peluquerías, locales de venta de tabaco, farmacias y quioscos y las guarderías y colegios solo para la educación primaria.
Ante las protestas, el ministro de Salud, Roberto Speranza, criticó “que algunos gobernadores, en lugar de asumir su parte de responsabilidad, pretendan desconocer la gravedad de los datos sobre sus territorios”.
Por otra parte, el presidente de Campania, Vincenzo De Luca, región considerada por el Gobierno zona amarilla y por tanto sin restricciones especiales, anunció nuevas medidas, que incluyen la prohibición de movimientos entre provincias y el cierre de todos los colegios.
CON INFORMACIÓN DE EFE
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