Un gobernador italiano habló sobre los ancianos “no indispensables" y reabrió el debate: ¿es posible confinar sólo a los mayores de 60 años?

Mientras Italia aumenta las restricciones ante la segunda ola de contagios y países vecinos dictaron nuevas cuarentenas, varios economistas italianos pidieron separar jóvenes y mayores para mantener abierta la producción. Las objeciones de los especialistas

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Bianca Toniolo, de dos años,
Bianca Toniolo, de dos años, juega junto a su abuela Inés, de 85, en su casa de San Fiorano, uno de los primeros pueblos en ser puestos en cuarentena en febrero en Italia. (Marzio Toniolo/via REUTERS/archivo)

La propuesta del presidente de la región de Liguria de implementar restricciones anti-coronavirus exclusivas para los ciudadanos mayores de 70, a quienes calificó de “no indispensables", causó indignación en Italia y reabrió el debate sobre la viabilidad de un confinamiento selectivo para frenar la pandemia y, a la vez, permitir a la población más joven que continúe con normalidad sus actividades.

“Por mucho que nos duela cada víctima del covid-19, debemos tener en cuenta este dato: solo ayer de las 25 muertes en Liguria, 22 eran pacientes muy ancianos”, escribió el lunes Giovanni Toti en Twitter. “En su mayoría personas jubiladas, no indispensables para el esfuerzo productivo del país, pero que deben ser protegidas”.

“Sería una locura cerrar en casa a tantos italianos para los que el covid-19 normalmente tiene consecuencias moderadas, bloquear la producción del país, detener la escuela y el futuro de nuestros jóvenes y en cambio no intervenir en quienes realmente corren riesgos. Esperamos que esta vez haya sabiduría y no demagogia”, agregó Toti, del centro-derechista Forza Italia, en otro tuit.

Tras el revuelo que provocaron sus palabras, el presidente de Liguria —la región más anciana de Europa, con el 28,5 % de la población de más de 65 años— se vio obligado a rectificar, atribuyendo al tuit a un error del equipo que le maneja las redes sociales.

No obstante, este martes Toti reafirmó su postura. “Aquí está el gráfico de las muertes de covid que muchos fingen no ver por hipocresía o interés político. Miren quién está más en riesgo y quién menos. Díganme si la hipótesis de cerrar el negocio es consistente con estos datos. Se necesitan decisiones serias: salvar vidas e incluso algunos trabajos", escribió en la red social.

Por otra parte, el planteo de Toti no es nuevo. En las semanas pasadas el Gobierno italiano evaluó limitar la movilidad solamente a las personas mayores de 70 años para frenar la segunda ola, algo que finalmente fue descartado por la impopularidad de la medida y su difícil implementación. En Italia, uno de los países más viejos de mundo, más de más de 17 millones tienen más de 60 años sobre un total de 60 millones de habitantes.

Propuestas para un confinamiento selectivo

Asimismo, mientras el país aumenta las restricciones ante la segunda ola de contagios y países vecinos dictaron nuevas cuarentenas, varios economistas italianos pidieron recientemente separar jóvenes y ancianos para evitar un nuevo confinamiento y mantener abierta la economía. La idea es que dado que los mayores de 60 o 70 años constituyen la mayoría de las muertes y hospitalizaciones por covid-19, hay que limitar el confinamiento a éstos para evitar que se infecten y liberar los recursos sanitarios para el resto de la población, que mientras tanto se infectará pero con consecuencias menos graves. Un enfoque inspirado en el modelo sueco, cada vez más cuestionado por haber tenido como consecuencia una tasa de mortalidad muy superior a la del resto de los los países nórdicos y por no haber evitado cientos de muertes en los geriátricos. Aún así, un debate similar al italiano se está dando en países como Alemania —con un experimento en la ciudad de Tübingen— y España.

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ARCHIVO - En esta imagen del viernes 19 de junio de 2020, gente haciendo picnic durante las celebraciones anuales del Solsticio de Verano en Estocolmo, Suecia. (AP Foto/Andrés Kudacki, Archivo)

Las propuestas de los economistas italianos incluyen usar medios de trasporte público diferenciados para jóvenes y mayores; distintos horarios de acceso a supermercados y tiendas; prohibir las reuniones familiares en las que pueda haber contacto entre jóvenes y ancianos; el pago por parte del gobierno de vales para que los jóvenes que viven con personas mayores puedan alojarse temporalmente en hoteles vacíos y comer en restaurantes que ahora no tienen clientes.

Asimismo, más de dos mil médicos y epidemiólogos del mundo propusieron en la Declaración de Great Barrington permitir la propagación del Sars-Cov-2 en grupos de bajo riesgo con el objetivo de acelerar el fenómeno infeccioso conocido como “inmunidad de rebaño” y, en cambio, aplicar una política de “protección focalizada” sobre la población vulnerable.

“Medida de una complejidad abrumadora y profundamente injusta”

Pero varios expertos cuestionan este enfoque. Tras las palabras de Giovanni Toti se viralizó un hilo de Luca Ferretti, un epidemiólogo de la Universidad de Oxford experto en el rastreo del covid-19, en el que explicó por qué una medida de este tipo presenta obstáculos enormes, además de ser “profundamente injusta”.

Según Ferretti, proteger a los ancianos fue algo que se ha considerado desde que comenzó el brote. “En todas las simulaciones epidémicas de nuestro grupo en Oxford, proteger a los ancianos es un ingrediente indispensable para controlar la epidemia a niveles razonables”, dijo.

Para este especialista, el aislamiento de los ancianos es “ciertamente” parte de la solución, pero no es “la” solución porque “es una medida sencilla de enunciar, pero de una complejidad abrumadora”.

Una primera razón “es la extrema dificultad de aislarse completamente del virus”, dijo Ferretti, citando a los recientes casos de covid-19 detectados entre unas monjas de clausura. Por eso, "para que este bloqueo selectivo funcione, debe durar mucho tiempo. No sabemos cuánto tiempo... dependería de la evolución de la epidemia y de cuántas dosis de la vacuna puedan estar disponibles y desde cuándo. Inicialmente sería esencialmente indefinido”.

En Italia, un país en el que un ciudadano de cada 3 tiene más de 60 años, la tarea sería al límite del imposible. “Si los mayores de 60 años autosuficientes se encuentran encerrados indefinidamente, con consecuencias físicas y mentales, sin apoyo familiar y social... No tengo idea de cómo estos sanos mayores de 60 años tomarían un bloqueo a largo plazo”, dijo.

Por otra parte, “las personas mayores que no son completamente autosuficientes reciben el apoyo de los más jóvenes. Entonces, todas estas personas tienen que estar separadas del resto de la población por tiempo indefinido. Si las personas mayores viven en familias multigeneracionales, esto incluye a toda la familia”.

Otro problema es logístico, según Ferretti, ya que debería “adaptarse para permitir que se suministren productos y servicios a 20 millones de personas en aislamiento durante mucho tiempo sin riesgo”.

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Una mujer mayor durante las compras en Venecia en una foto de abril (REUTERS/Manuel Silvestri)

“Nadie es capaz de proponer en poco tiempo un modelo para gestionar una situación tan compleja y que debería continuar indefinidamente”, dijo este epidemiólogo, razón por la cual "la propuesta no ha sido tomada en serio por ningún gobierno que yo conozca”.

Finalmente, de acuerdo a Ferretti, un aislamiento selectivo “es una medida profundamente injusta”. “No se puede pedir a todos los italianos que dediquen 5 minutos a descargar una aplicación y seguir sus instrucciones, porque viola la libertad personal, pero ¿se puede pedir a un tercio de ellos que se encerren en casa indefinidamente? ¿En serio?", se preguntó, aludiendo a las polémicas sobre la aplicación de rastreo de contagios.

“Las medidas para evitar el encierro ya deberían haber sido tomadas antes, tanto por el estado como por los ciudadanos”, dijo Ferretti, según el cual ningún tipo de bloqueo es una solución.

“Proteger a las personas más vulnerables es importante en la respuesta al virus, y ya deberíamos haberlo hecho.", concluyó. "Las propuestas radicales, en cambio, o vienen acompañadas por un plan de acción para gestionar 20 millones de personas, o son una pérdida de tiempo”.

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