Un sacerdote ortodoxo de nacionalidad griega fue baleado este sábado en Lyon, al suroeste de Francia, hacia las 16:00 (15:00 GMT) y el atacante se dio a la fuga, en plena tensión por los recientes ataques contra un profesor y una basílica en Niza..
El sacerdote “estaba cerrando su iglesia”, precisó esa fuente, que añadió que se encuentra en estado grave.
“De momento, no se descarta ni se privilegia ninguna hipótesis”, aseguró el fiscal de Lyon, Nicolas Jacquet, quien precisó que detuvieron a un sospechoso que “se puede corresponder con la descripción dada por los primeros testigos”.
Las fuerzas de seguridad no encontraron con el detenido el arma utilizada probablemente en el ataque, una escopeta de cañones recortados. “Siguen haciéndose verificaciones sobre su posible implicación”, afirmó el fiscal.
Nikolaos Kakavelakis, de 52 años, recibió dos disparos, “en el hígado y a quemarropa”, por los que tuvo que ser hospitalizado en un estado grave. En tanto, el atacante, un hombre de unos 40 años, habría usado su arma dos veces contra su objetivo.
Francia está en alerta máxima desde el jueves pasado, cuando un ataque terrorista dejó tres muertos en la basílica de Niza. Después de ese atentado, un hombre fue abatido en la ciudad de Avignon, cuando amenazaba con un cuchillo a policías; y se conoció que un sujeto apuñaló a un guardia de seguridad en un consulado francés en Arabia Saudita.
El jefe de la Iglesia de Grecia, el arzobispo Iéronymos, denunció este ataque como un “horror que sobrepasa la lógica humana”.
Según un periodista de la AFP presente en el lugar, la pequeña iglesia de estilo art déco se encuentra en un barrio residencial de Lyon, donde había muy poca gente en la calle durante el primer sábado del nuevo confinamiento en Francia.
Tras el ataque, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, organizó una célula de crisis en su Ministerio en París, y el primer ministro Jean Castex recordó “la total determinación del gobierno para permitir a todos y a cada uno de practicar su religión con total seguridad y libertad”.
“Nuestra voluntad es fuerte y nuestra determinación no decaerá. Es el honor de Francia, es el honor de la República”, añadió Castex durante un desplazamiento el sábado en Saint-Etienne-du-Rouvray (noroeste), donde un cura fue degollado en una iglesia en 2016 por dos jóvenes yihadistas.
Emmanuel Macron denunció que “manipularon” sus declaraciones
El presidente francés denunció este sábado que “manipularon” sus declaraciones sobre las caricaturas de Mahoma, puesto que “dirigentes políticos y religiosos” dieron a entender que estos dibujos son “una emanación del gobierno francés” contra el islam.
“Las reacciones del mundo musulmán se debieron a muchas mentiras y al hecho de que la gente entendió que yo soy favorable a estas caricaturas”, aseguró el joven dirigente en una entrevista para la cadena árabe Al-Jazeera.
“Soy favorable a que podamos escribir, pensar y dibujar libremente en mi país porque creo que es importante, representa un derecho y nuestras libertades”, expresó.
La campaña contra productos franceses que desató la polémica es “indigna” e “inadmisible”, enfatizó el mandatario.
La campaña “ha sido hecha por algunos grupos privados porque no han entendido y se han basado en las mentiras sobre las caricaturas, algunas veces por parte de otros dirigentes. Es inadmisible”, concluyó.
La férrea defensa de Emmanuel Macron al derecho a la libertad de expresión, tras el asesinato de un profesor, decapitado en un ataque por mostrar algunas caricaturas de Mahoma, desató una ola de ataques dentro de territorio francés, protestas en los países musulmanes y un boicot en algunas naciones hacia los productos franceses.
Líderes internacionales, como el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, acusaron a Macron de xenofobia y de ser “hostil” con el islam.
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