Si bien muchas mujeres se enlistaron y combatieron en la guerra árabe-israelí de 1948, conocida por Israel como la Guerra de la Independencia, durante muchos años se les prohibió servir en el Ejército tras la consolidación del Estado. Recién a finales de la década de 1990 se les volvieron a abrir las puertas y empezaron a ser incorporadas en distintas unidades.
De todos modos, hasta ahora se mantenía una política diferenciada. En Israel, los soldados se dividen entre soldados de combate y los soldados de combate de primera línea, que son los que cruzan a territorio enemigo para actividades especiales. Las mujeres no tenían permitido formar parte del segundo grupo, lo cual representaba una desventaja en términos salariales, ya que por la peligrosidad de las acciones que protagonizan, los soldados de primera línea reciben bonificaciones especiales.
Sin embargo, esto empezó a cambiar. Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por su sigla en inglés) conformó en agosto un comité para evaluar la posibilidad de que se les permita a las mujeres —cada vez más numerosas entre las tropas israelíes— servir en todos los puestos de combate. La decisión fue que algunas unidades puedan incorporar a soldados mujeres en puestos que antes estaban reservados a los hombres.
Las IDF informaron esta semana que diez uniformadas del cuerpo de inteligencia de campo formarán un equipo operativo de drones en la frontera norte de Israel, para actuar contra la amenaza de Hezbollah. Serán las primeras soldados de primera línea, que podrán cruzar las fronteras en la lucha contra la organización terrorista libanesa, según informó la agencia Kan, citada por The Jerusalem Post. Se espera que la unidad esté en pleno funcionamiento en las próximas semanas.
El quiebre fue posible gracias a cuatro adolescentes, Mika Kliger, Mor Lidani, Gali Nishri y Omer Saria, que en mayo solicitaron al Tribunal Supremo que forzara a las IDF a permitir a cualquier persona, sin importar su sexo, a presentarse a las pruebas para incorporarse a unidades de combate.
“No pedimos que se cambien los requisitos por nosotras”, dijo Lidani en declaraciones al Canal 12. “Sólo pedimos que nos dejen probar y que, si calificamos, nos dejen sumarnos a las unidades”.
Hezbollah, una amenaza creciente en el Líbano
Las IDF publicaron a principios de mes unos videos para demostrar la presencia de fábricas de misiles de Hezbollah en los suburbios de Beirut, a pesar de las negativas del movimiento chiíta libanés. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu acusó a Hezbollah de fabricar y almacenar armas cerca de instalaciones de combustible en Beirut y advirtió de “otra tragedia” en caso de explosión.
El 4 de agosto, cientos de toneladas de nitrato de amonio almacenadas en un almacén del puerto de Beirut explotaron, matando a más de 190 personas, hiriendo a miles y devastando grandes partes de la ciudad. Netanyahu ha acusado repetidamente a Hezbollah, respaldado por Irán, de construir misiles para atacar al Estado judío.
Según el video, las imágenes muestran una “máquina de corte por láser”, una “máquina de corte hidráulico”, una “máquina de laminación” y una máquina para doblar metal, equipo que, según el video, permite la producción de componentes para misiles guiados de precisión. Las IDF dijeron que las cortadoras podrían ser usadas para crear “ojivas” y “aletas de estabilización”, y las otras dos máquinas para formar cilindros de metal usados en la construcción de misiles capaces de alcanzar objetivos estratégicos en Israel.
Además de la fábrica de Jnah, el ejército israelí dijo el martes que había localizado plantas de armas bajo propiedades residenciales en los distritos de Laylaki y Choueifat en Beirut. “Es como si el estacionamiento de estos edificios fuera una planta de fabricación de misiles de precisión”, dijo un oficial militar israelí a la AFP el viernes, solicitando el anonimato.
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