El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el papa Francisco mantuvieron un encuentro hoy en el Vaticano durante algo más de media hora, en el que el pontífice hizo hincapié en la importancia que tiene para un gobernante “construir la patria con todos” y recalcó la “difícil misión” de los políticos de hacer progresar un país.
Sánchez, quien estuvo acompañado por su esposa, Begoña Gómez, llegó al patio de San Dámaso bajo una ligera lluvia a las 9.11 horas y fue recibido por el regente de la prefectura de la Casa Pontifica, Leonardo Sapienza, quien los escoltó al interior del palacio pontificio.
Según informaron fuentes del Vaticano, la reunión privada comenzó a las 9.20 y finalizó a las 9.55.
En una intervención de varios minutos ante la delegación española presidida por el jefe del Ejecutivo, el pontífice dijo que la labor de un gobernante tiene tres canales: “hacer progresar el país, consolidar la nación y construir la patria”.
“Construir la patria con todos”, recalcó Francisco, quien subrayó a Sánchez su “gran respeto por la vocación política”. “Es bastante trabajo, no es fácil, transmítalo a los miembros de su Parlamento, lo que piensa el papa de esto”, manifestó el argentino.
Asimismo, el papa advirtió sobre el riesgo que enfrentan los países cuando “se apoderan” las ideologías. “Es muy triste cuando las ideologías se apoderan de la interpretación de una nación, de un país y desfiguran la patria”, aseguró.
Para el pontífice, la misión de los políticos “es una forma muy alta de la caridad y del amor”. “No es cuestión de maniobras o de resolver casos, que todos los días llegan al escritorio de los políticos, sino de servicio”, señaló.
Como es habitual con las personas que visitan al papa, tuvo lugar el tradicional intercambio de regalos y Sánchez entregó al pontífice argentino un facsímil del Libro de Horas del obispo Juan Rodríguez de Fonseca. Esta reproducción, cuyo original manuscrito data del siglo XV, es un libro de rezo ilustrado para uso privado.
Francisco obsequió a Sánchez un bajorrelieve en bronce dedicado al tema de la misericordia, la acogida y la fraternidad, en la que en segundo plano están representados una mujer con un niño en brazos entrando en la plaza de San Pedro y de fondo una barca con migrantes, mientras que en primer plano unas manos que se entrelazan.
El papa también regaló al presidente español la copia de sus siete documentos, encíclicas y exhortaciones apostólicas, publicados en sus siete años de pontificado, entre ellas la última “Fratelli Tutti”.
La delegación española estuvo compuesta por la embajadora ante la Santa Sede, Carmen de la Peña, y miembros del equipo de Presidencia del Gobierno español.
El papa despidió a Sánchez y la delegación española con un mensaje de cariño. “Me gratifica mucho (la visita) y les pido por favor que recen por mí. Y los que no rezan porque no son creyentes al menos mándenme buena onda que me hace falta”, expresó.
Tras la audiencia con el papa, Sánchez mantuvo un encuentro con el Secretario de Relaciones con los Estados, Arzobispo Paul Gallagher, en la Sala de los Tratados.
El mandatario decidió regresar inmediatamente a España en un momento muy delicado que atraviesa el país, ante el pedido de numerosas regiones de que el Gobierno declare el estado de alerta ante el repunte de contagios de coronavirus.
El presidente español se presentó ayer públicamente para hacer una declaración institucional en la que subrayó que están preparadas las medidas necesarias para frenar el incremento de las infecciones, entre ellas la posibilidad de declarar el estado de alarma.
CON INFORMACIÓN DE EFE
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