El asesor adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca denunció el viernes el trato de China a los musulmanes uigures y dijo que no había justificación para que el país mantuviera “campos de concentración” dentro de sus fronteras.
Matt Pottinger, quien ha sido una figura destacada en el desarrollo de la política sobre China del presidente Donald Trump, hizo el comentario en mandarín durante un discurso durante un encuentro con el grupo de expertos “Policy Exchange” con sede en el Reino Unido.
“No hay ninguna justificación creíble que pueda encontrar en la filosofía, religión o ley moral china para los campos de concentración dentro de sus fronteras”, dijo Pottinger en su discurso, que dijo que estaba dirigido al pueblo chino.
Los dichos expresan un nuevo salto en la retórica estadounidense en relación a China, a días de las elecciones presidenciales estadounidenses del 3 de noviembre, en las que el republicano Donald Trump, un republicano, ha hecho de su dura política en relación a China un tema clave de su política exterior.
La semana pasada, el jefe de Pottinger, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Robert O’Brien, dijo que China estaba perpetrando “algo parecido a” un genocidio con su trato a los musulmanes en su región de Xinjiang.
Pottinger pidió a la gente en China que “investigue la verdad sobre la política de su gobierno hacia el pueblo uigur y otras minorías religiosas”. Además, dijo que deberían preguntarse por qué el periódico The Economist había calificado las acciones de China en Xinjiang como “un crimen contra la humanidad”.
Estados Unidos ha denunciado el trato de China a los uigures y otras minorías musulmanas en Xinjiang y ha impuesto sanciones a los funcionarios a los que culpa por los abusos.
Sin embargo, hasta ahora no ha calificado oficialmente las acciones de Beijing de genocidio o crímenes de lesa humanidad, designaciones que tendrían importantes implicaciones legales y requerirían una acción más firme contra China.
Las Naciones Unidas estiman que más de un millón de musulmanes han sido detenidos en Xinjiang, y los activistas dicen que allí se están cometiendo crímenes de lesa humanidad y genocidio. China ha negado cualquier abuso y dice que sus campamentos en la región brindan capacitación vocacional y ayudan a combatir el extremismo.
Pottinger, por su lado, dijo que existe un creciente consenso internacional sobre la necesidad de adoptar una postura más firme con Beijing.
Dijo que en un eventual segundo mandato, Trump continuaría trabajando para diversificar las cadenas de suministro para evitar una dependencia excesiva de un país, una aparente referencia al dominio de China en los suministros críticos que quedó al descubierto al comienzo de la pandemia de COVID-19.
Pottinger habló después de que el presidente de China, Xi Jinping, pronunciara un discurso en el 70 aniversario de la entrada de las tropas chinas en la Guerra de Corea para luchar contra las tropas estadounidenses, en el que advirtió que China nunca permitirá que se socaven sus intereses de soberanía, seguridad y desarrollo.
Xi no se refirió directamente a la actualidad de Estados Unidos, con el que las relaciones se han hundido a su nivel más bajo en décadas por disputas que van desde el comercio y la tecnología hasta los derechos humanos y el coronavirus.
Con información de Reuters
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