Trump aseguró que “al menos otros cinco países” árabes quieren normalizar relaciones con Israel: cuáles podrían ser

El mandatario dijo que espera que Arabia Saudita, la potencial sunita de la región, sea uno de ellos. Después de que los Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Sudán lo hicieran en las últimas semanas, un total de cinco países árabes ahora mantienen vínculos diplomáticos con Jerusalén

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Donald Trump junto a Benjamín Netanyahu y los ministros de Relaciones Exteriores de Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos durante la firma de los acuerdos de normalizaciones diplomáticas en la Casa Blanca. Foto: REUTERS/Tom Brenner
Donald Trump junto a Benjamín Netanyahu y los ministros de Relaciones Exteriores de Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos durante la firma de los acuerdos de normalizaciones diplomáticas en la Casa Blanca. Foto: REUTERS/Tom Brenner

Luego de anunciar la normalización de relaciones diplomáticas entre Israel y Sudán, Donald Trump aseguró que “al menos otros cinco países” árabes tienen la intención de llegar a acuerdos de la misma naturaleza con Jerusalén.

El mandatario no especificó cuáles son las naciones a las que hizo referencia, pero dijo que espera que Arabia Saudita, la potencia sunita de la región, sea uno de ellos. También elogió a los gobernantes del país -rey Salmán y el príncipe heredero Mohamed bin Salmán- y dijo que son “altamente respetados”.

No obstante, expertos ya han anticipado cuáles podrían ser algunas de las naciones que tomen decisiones en esta dirección. Varias de ellas han dado indicios al respecto durante los últimos meses, en el marco de la iniciativa estadounidense de impulsar acuerdos de esta naturaleza que, antes de Jartum, tuvieron como protagonistas a los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein. Cuatro de los posibles cinco países, además de la expresión de deseo referida a Riad -que ha rechazado la posibilidad recientemente- son Omán, Mauritania, Kuwait y Qatar.

Trump durante una llamada con los jefes de Estado de Israel y Sudán. Foto: REUTERS/Carlos Barria
Trump durante una llamada con los jefes de Estado de Israel y Sudán. Foto: REUTERS/Carlos Barria

Omán

Omán fue el segundo país del Golfo que aplaudió el acuerdo entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos y también aquel con Bahrein. No obstante, cuatro días después garantizó su compromiso con los “derechos” de los palestinos en un “Estado con Jerusalén este como capital”.

Cercano tanto a Estados Unidos como a Irán, Omán se muestra neutral y como mediador en los conflictos regionales. El sultán Haitham, que sucedió en enero al difunto Qabus, “no se arriesgaría a un proceso tan controvertido por el momento”, estimó Bianco.

Qatar

Al contrario que sus aliados turco e iraní, Qatar, que no mantiene relaciones diplomáticas con Emiratos, no reaccionó al acuerdo. El país acogió una oficina comercial israelí de 1996 a 2000 y no esconde sus contactos con Israel.

Está implicado en la Franja de Gaza debido a su proximidad con el grupo terrorista Hamas, que controla el territorio palestino bajo bloqueo israelí. En 2019, Qatar, la ONU y Egipto favorecieron una tregua entre Israel y Hamas, que prevé la autorización por Israel de la entrada de ayuda financiera catarí al enclave. “Aunque Qatar coopera con Israel para apoyar la causa palestina [...] no normalizará sus relaciones mientras que el proceso de paz siga bloqueado”, declaró Kireg.

Kuwait

Aliado de Estados Unidos, Kuwait siempre rechazó la normalización. Pero el acuerdo entre Emiratos e Israel abrió la brecha en el debate político al respecto.

Sin embargo, la normalización con Israel es poco probable, pues el Parlamento “capitalizó la hostilidad hacia Israel para reivindicar su lugar como portavoz del pueblo”, declaró Bianco.

Arabia Saudita

Más allá de las declaraciones de Trump, las declaraciones públicas de Riad han sido contrarias a la normalización de relaciones diplomáticas. Potencia árabe y epicentro del Islam, Arabia Saudita es consciente de que su población, que apoya a los palestinos, no está preparada para dicha normalización.

Trump junto al príncipe heredero Saudí, Mohammed bin Salman. Foto: REUTERS/Jonathan Ernst
Trump junto al príncipe heredero Saudí, Mohammed bin Salman. Foto: REUTERS/Jonathan Ernst

Pero, no obstante, está trabajando para cambiar la percepción de los judíos, durante mucho tiempo vilipendiados por el dogma religioso y los medios de comunicación oficiales. De esta manera, sienta las bases para un posible futuro reconocimiento de Israel.

Los textos, hasta ahora conocidos por denigrar a judíos y no musulmanes, a los que se refieren con apelativos como “cerdos” y “monos”, son actualmente revisados bajo la égida del príncipe heredero, Mohammed bin Salmán, quien ha desplegado una campaña contra el extremismo en la educación, de acuerdo a funcionarios sauditas.

“El gobierno también ha prohibido que judíos y cristianos sean denigrados en las mezquitas”, indicó el analista saudita Najah al Otaibi. “Esta retórica era corriente en los sermones de los viernes transmitidos a los musulmanes de todo el mundo”, añadió.

Marcando un cambio increíble, incluso un predicador provocó una tormenta en los medios a comienzos de septiembre al citar las relaciones amistosas del profeta del Islam Mahoma con los judíos, y defender la tolerancia religiosa.

Con este último acuerdo con Sudán, son cinco los países árabes que han normalizado sus relaciones con Israel. Además de los Emiratos Árabes Unidos y Bahrein, Jerusalén tiene relaciones de más larga data con Egipto y Jordania.

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