La ministra de Exteriores de Australia, Marise Payne, ha advertido este miércoles a los políticos del país de la amenaza de espionaje y de que puedan ser objetivos potenciales de interferencia extranjera.
“La amenaza es tan alta o más alta de lo que nunca ha sido, eso es lo que nos dicen las agencias de inteligencia”, ha añadido Payne en una entrevista con la radio australiana 2GB.
La injerencia de actores extranjeros está incrementando en todo el mundo, ha puntualizado la responsable de la cartera de Exteriores, y “actores maliciosos y espías extranjeros” están usando las nuevas tecnologías en un contexto marcado por el aumento de tensiones estratégicas.
“Ha sido una prioridad para nosotros desde hace algún tiempo y creo que es una advertencia oportuna para los miembros del Parlamento”, aunque no ha hecho referencia a ningún país en concreto detrás de estas amenazas.
Esta advertencia llega un día después de que el jefe de la Organización Australiana de Inteligencia de Seguridad (ASIO, por sus siglas en inglés), Mike Burgess, explicara ante el Senado que escribiría a los políticos federales sobre las directrices que seguir y consejos a tener en cuenta, así como cuál sería la respuesta adecuada en caso de sospechas de ser blanco de espías.
El pasado junio, la Policía registró la casa y oficina de un político del Partido Laborista de Nueva Gales del Sur y la de cuatro periodistas chinos en una investigación sobre un supuesto complot de injerencia del régimen de Beijing.
Después de más de una década, Australia va a participar en noviembre en maniobras militares junto a India, Japón y Estados Unidos, todos ellos recelosos ante el aumento de la influencia china en la región.
Estos ejercicios navales “Malabar” se llevarán a cabo en el mar de Omán y en el Golfo de Bengala, según explicó en estos días el ministerio de Defensa indio, y suscitarán sin duda la ira de Beijing.
Maniobras como Malabar son “fundamentales para mejorar las capacidades marítimas de Australia, crear interoperabilidad con nuestros socios cercanos y demostrar nuestra determinación colectiva de apoyar un Indo-Pacífico abierto y próspero”, dijo la ministra australiana de Defensa, Linda Reynolds, en un comunicado.
Las maniobras, que se iniciaron en 1992 como una actividad bilateral entre Washington y Delhi, agrupan este año a cuatro potencias del Indo-Pacífico, en donde persiste la preocupación por la militarización de China y las disputas territoriales entre los países de la región.
Este año los ejercicios se realizan en un contexto de desencuentros diplomáticos crecientes entre China y Australia, malestar económico entre China y Estados Unidos y tensión militar entre China e India,
en una región fronteriza que ambos países se disputan y en la que desplegaron decenas de miles de soldados.
MÁS SOBRE ESTOS TEMAS: