Varios centros de investigación de Japón que desarrollan vacunas contra el coronavirus fueron atacados por hackers chinos en los últimos meses, reveló este lunes una firma de ciberseguridad estadounidense.
La empresa CrowdStrike dijo que esos centros recibieron ataques desde abril, según reportó el diario The Japan Times. Tras los hackeos, el Centro Nacional de Preparación para Incidentes y Estrategia de Ciberseguridad del gobierno instó a los fabricantes de medicamentos y organizaciones de investigación a elevar los niveles de alerta contra tales intentos de robar información confidencial.
La firma estadounidense analizó las técnicas empleadas por los piratas informáticos y concluyó que los ataques fueron realizados por un grupo de hackers chinos.
Los ataques se llevaron a cabo mediante el envío de correos electrónicos que contenían archivos electrónicos aparentemente relacionados con el nuevo virus pero que en realidad eran virus informáticos, según la compañía. CrowdStrike no reveló los nombres de las instituciones atacadas.
Esta información se divulga cuando varios países compiten en la carrera por obtener un remedio frente a la pandemia, que ha causado la muerte de más de 1,1 millones de personas y contaminado a 40 millones.
En Japón, la Universidad de Tokio, la Universidad de Osaka y el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas, entre otros, se han sumado a la carrera para encontrar una vacuna eficaz contra el SARS-CoV-2.
La Agencia Japonesa de Investigación y Desarrollo Médico, o AMED, financiada por el gobierno, supervisa 20 proyectos de vacunas llevados a cabo por universidades y las principales empresas farmacéuticas del país. Para cada proyecto se destinaron 10 mil millones de yenes (casi 100 millones de dólares), de acuerdo a The Japan Times.
No es la primera vez que hackers chinos son señalados por robar información de laboratorios que trabajaban sobre una vacuna para el covid-19. En muchos casos los ataques provienen de entidades estatales, pero también hay universidades y organizaciones criminales que comercian con la información sustraída, según los expertos. Por su parte, Beijing niega su participación en los hechos.
En septiembre, se conoció que varios centros de investigación españoles fueron afectados por ciberataques provenientes de China.
En julio, el Departamento de Justicia de EEUU acusó a dos ciudadanos chinos, que creía que trabajaban en nombre del gobierno chino, por piratear los sistemas informáticos de cientos de empresas, gobiernos y organizaciones no gubernamentales para robar la investigación de COVID-19 y otra información.
China busca ganar la carrera mundial por una vacuna contra un virus que surgió en la ciudad de Wuhan y, a la vez, quiere dar una imagen de recuperación de su situación sanitaria y de la crisis económica.
El gobierno aprobó algunas de las vacunas candidatas para uso de emergencia, asegurando que no se habían registrado reacciones adversas graves.
Las autoridades sanitarias dijeron el mes pasado que el país espera poder producir 610 millones de dosis para fin de año y que serían de un precio accesible.
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